El impacto positivo de la función de Asuntos Corporativos

*CEO Corporate Excellence – Centre for Reputation Leadership I Opinión Impulso Empresas2030
En un entorno cada vez más incierto, globalizado y exigente, las empresas necesitan líderes capaces de integrar múltiples perspectivas, anticipar riesgos y generar confianza. Ante este contexto, existe una tendencia al alza en la gestión de los Asuntos Corporativos, consolidando el rol del Chief Corporate Officer(CCO) como una figura clave capaz de gestionar de forma estratégica y transversal áreas como reputación, comunicación, marca o asuntos públicos, entre otras.
Lejos de su concepción tradicional vinculada únicamente a la gestión de la comunicación el CCO se ha convertido en un verdadero “sistema nervioso central” que coordina, escucha y transmite señales estratégicas al conjunto de la organización. Estudios recientes [IC1] (Deloitte, 2024) confirman su impacto y contribución en tres grandes funciones: la protección de la reputación, la construcción de una narrativa consolidada y el impulso de valor en el largo plazo.
- El CCO identifica, evalúa y mitiga riesgos reputacionales, regulatorios o geopolíticos, trabajando estrechamente con otras áreas clave como compliance, sostenibilidad o relaciones institucionales. Su rol es esencial para garantizar la coherencia, la transparencia y la reacción ágil ante contextos de crisis.
- Otra de sus grandes aportaciones es la capacidad de articular una narrativa sólida y creíble, alineada con los valores y el propósito de la empresa. Esta narrativa no solo proyecta hacia fuera, sino que también inspira y moviliza internamente, reforzando una cultura compartida que potencia la cohesión, el compromiso y el orgullo de pertenencia.
- A través de una mirada transversal, el CCO conecta la estrategia empresarial con las expectativas de los grupos de interés —clientes, empleados, reguladores, inversores y sociedad—, facilitando una toma de decisiones más informada, ética y sostenible. Su enfoque integrador permite a la empresa generar crecimiento y diferenciación desde los intangibles.
Este nuevo liderazgo se basa en habilidades híbridas y en servir de puente conector entre negocio y sociedad. Requiere, entre otras capacidades, de visión estratégica, sensibilidad social, dominio de los datos, comprensión de los contextos regulatorios y capacidad de influencia. El CCO entiende que gestionar la reputación no es solo comunicar bien, sino actuar con coherencia; que construir confianza no es cuestión de “parecer”, sino de demostrar consistencia entre lo que se dice y se hace.
Su posición estratégica es cada vez más frecuente e influyente dentro de los organigramas corporativos, lo que refuerza su impacto. Pero lo que realmente marca la diferencia es su capacidad de integrar voces diversas, detectar tendencias, activar conversaciones relevantes y conectar la organización con el mundo que la rodea.
En tiempos de transformación profunda, el Chief Corporate Officer representa un modelo de liderazgo indispensable: el que protege, el que traduce el propósito en acción, y el que sitúa la confianza en el centro del éxito empresarial. Una nueva función que ya no es solo deseable, sino imprescindible dentro de un modelo de hacer empresa que se apalanca en la gestión de activos intangibles y que busca ser agente de transformación, empuje y acompañamiento para la sociedad en su conjunto.
[IC1]Deloitte (2024). Volatility and Value. A study of corporate affairs strategies, structures and operations
in times of uncertainty.