Viña Tarapacá: 145 años de vinos de gran tradición
Durante siglos, el arte de la viticultura se ha desarrollado en todo el mundo y ha conseguido evolucionar hasta convertirse en una tradición, y este año, Viña Tarapacá celebra su legado como uno de los principales productores de vino a nivel mundial durante los últimos 145 años.
Desde el primer año de su creación, Viña Tarapacá ha sido reconocido a nivel nacional e internacional por la calidad de sus vinos con grandes premios internacionales desde su fundación, algo que no es fortuito, sino el resultado de años de estudio para conseguir al Gran Reserva de todo Chile.
Para comprender cómo es que Viña Tarapacá ha conseguido colocarse como un referente de la enología mundial, es necesario trasladarse a Isla de Maipo, una región ubicada a las orillas de la Cordillera de los Andes, y escenario que posee 611 hectáreas de viñedos propiedad de la elegante viña. El Río Maipo, los deshielos de las montañas, los minerales de la tierra, las brisas frescas y neblinas matinales provenientes del Océano Pacífico, han creado la combinación natural perfecta para conseguir distintivos perfiles de suelo, y a través de las técnicas más modernas ha permitido extraer el máximo de potencial de cada terruño dentro de los viñedos.
Es así que gracias a las condiciones climáticas y geográficas, Viña Tarapacá ha conseguido plantar variedades de uva de primera calidad, que van desde las clásicas Cabernet Sauvignon, Merlot, Cabernet Franc, Syrah, Malbec, Petit Verdot, hasta Carménère, una uva que se creía extinta en todo el mundo y que resurgió de las cenizas para colocarse como una de las cepas más icónicas de todo Chile y que ahora forma parte del portafolio de extraordinarios vinos Tarapacá.
Después de 145 años haciendo historia, numerosas personas han contribuido para alcanzar los más altos estándares de calidad enológica. Uno de ellos es Sebastián Ruiz, Enólogo Jefe de Viña Tarapacá y responsable de la elaboración de la emblemática línea Gran Reserva Tarapacá desde hace seis años.
La figura de Sebastián ha conseguido mantener la reconocida excelencia enológica de la viña, pero imprimiendo su sello que rescata elementos del terroir en sus vinos y que demuestra la amplia experiencia del experto, así como el perfeccionamiento de su técnica y conocimientos en la elaboración de vinos en los años de su carrera profesional.
Es así que se consigue crear el legado de vinos de Viña Tarapacá, cuya unicidad y complejidad es resultado de excepcionales uvas y de la extracción del carácter de cada terroir, donde predomina el sentido de origen, que ha conquistado a más de 50 países como líder en su categoría.
Y como todo imperio, Viña Tarapacá tiene su propia joya de la corona: Gran Reserva Tarapacá. Una selección de vinos de calidad excepcional, distinguidos y elegantes, que han acompañado las celebraciones más inolvidables y que lo colocan en el primer lugar de todo Chile. La línea Gran Reserva está elaborada con las mejores uvas de los viñedos del Fundo Tarapacá. Un vino que encarna toda la tradición del savoir faire de Viña Tarapacá.
Las etiquetas más emblemáticas de Gran Reserva Tarapacá, son Carménere y Cabernet Sauvignon. Por un lado, el Gran Reserva Tarapaca Cabernet Sauvignon 2017, posee un color rojo rubí con reflejos violáceos y un sabor estructurado de cuerpo medio con buena longitud, posee taninos redondos y maduros, con un final agradable y persistente que marida con quesos, carnes rojos y risotto de champiñón.
El Gran Reserva Tarapaca Carmènere 2017, es representativo de la casa por ser una uva representativa de Chile, al haber sido cosechado en la última semana de abril, proviene de un suelo que aporta gran textura, con taninos elegantes y suaves con un color rojo rubí intenso, que maridan a la perfección con pastas y salsas cremosas, vegetales y pescados como atún o salmón.
Los viñedos, al estar situados en uno de los 35 hotspots de biodiversidad del mundo, desde la viña han trabajado arduamente para conservar las más de 2,000 hectáreas de bosque nativo que los rodean, contribuyendo activamente a la protección de la tierra como parte de su plan de siete años, que busca preservar y proteger toda la biodiversidad endémica y nativa del Fundo de Tarapacá.
La historia de Viña Tarapacá sigue escribiéndose, pero hay algo que queda claro: es una empresa que ha sabido evolucionar y trascender en el tiempo, y que ha dejado un fuerte legado en la viticultura a nivel mundial, marcando el paso a seguir del sector y cuya evolución seguirá deleitando cada rincón del planeta.