La bodega argentina Luigi Bosca presenta el Malbec-Terroir Los Miradores

La bodega argentina Luigi Bosca presenta en México su Malbec - Terroir Los Miradores, un vino que cuenta la historia de su tierra.

Malbec

Terroir Los Miradores refleja el espíritu de un viñedo innovador que reúne tecnología biodinámica, elementos geográficos únicos y minerales de los valles de la provincia de Mendoza (Argentina), así como la tradición y experiencia de cuatro generaciones de la familia Arizu, protagonistas de la  vitivinicultura de dicho país. La historia de Luigi Bosca comienza en 1890, con la llegada de Leoncio Arizu a Argentina, quien junto con la familia Bosca, eligieron la provincia de Mendoza para fundar la bodega de vinos en 1901.

Más de un siglo respalda la calidad de esta bodega de tradición familiar, cuya filosofía es buscar el mejor terroir para cada cepa, ese espacio limitado donde las condiciones físicas y químicas del suelo, la situación geográfica y el clima permiten obtener productos específicos y diferenciados; en donde influyen factores como altitud, orientación de las plantas, pendientes, distribución de la caída de lluvia y cantidad de horas de luz solar, entre otros.

Buscando respetar al máximo el terroir, Bodega Luigi Bosca ha decidido adoptar algunos de los principios del sistema de cultivo biodinámico para el mayor beneficio de la vid y con ello potenciar la planta, fortalecerla y ayudarla a que se defienda por sí misma.

Malbec – Terroir Los Miradores es un singular vino color rojo violáceo profundo y brillante, con aromas intensos y concentrados. Tiene notas de frutos del bosque, especias y hierbas frescas. A la boca es voluptuoso y consistente, con taninos vivaces y buen agarre. Al paladar franco y expresivo, con carácter, tipicidad y un final tan persistente como refrescante. Es un tinto moderno con personalidad y potencial para ganar complejidad con la guarda.

Durante el invierno, en el Terroir Los Miradores, las piedras bajo la tierra se enfrían y con los meses van cediendo lentamente ese frío durante la primavera, esto hace que las viñas broten más tardíamente. Durante el verano, esas piedras se van calentando y mantienen el suelo con mayor temperatura hasta final del otoño, lo que permite lograr una perfecta madurez de las estructuras de la vid.

Las uvas son seleccionadas a mano, luego pasan al despalillado y posteriormente a una selección de granos. El mosto se macera en frío entre tres y cinco días a una temperatura de 10°C a 15°C. Luego se fermenta con levaduras seleccionadas en tanques de acero inoxidable de 6.000 litros, con trabajos de extracción como délestages y pisoneos.

Finalizada la fermentación, parte del vino pasa a barricas nuevas de roble francés, donde lleva a cabo su fermentación maloláctica y se cría durante 12 meses. Terminada la crianza, se realiza el blend con la parte que se conservó en tanques de acero inoxidable; luego se clarifica, se filtra y el corte final es embotellado. Antes de salir al mercado, se estiba en la bodega durante al menos seis meses. Parte del vino se cría en barricas nuevas de roble francés durante 12 meses.

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