Fundación Pepsico: La alianza que revoluciona la lucha contra el hambre
Por Ernesto Chera
En un país donde el desperdicio de alimentos convive con altos índices de inseguridad alimentaria, cada alianza estratégica representa una oportunidad para redefinir las reglas del juego. Así lo demuestra el nuevo capítulo de colaboración entre Fundación PepsiCo México y la Red de Bancos de Alimentos de México (Red BAMX), que plantea una visión de largo plazo para enfrentar la crisis alimentaria desde su raíz.

La reciente inversión de 6.7 millones de pesos por parte de la fundación –anunciada en el marco de su 13° aniversario– busca nutrir el futuro de un millón de personas en los próximos cinco años. No se trata solo de recursos, sino de un modelo de intervención que combina eficiencia logística, aprovechamiento de excedentes del campo y fortalecimiento de capacidades locales. El enfoque: pasar del asistencialismo a la transformación estructural.
“El compromiso de Fundación PepsiCo es ser un agente de cambio positivo en las comunidades donde estamos presentes. Esta inversión representa ese compromiso con aliados, beneficiarios y voluntarios que, en cada programa, continúan alimentando el cambio”, afirmó Isaías Martínez, presidente de PepsiCo Alimentos México y de la fundación.
El corazón del proyecto está en tres frentes clave: la donación de un camión de cinco toneladas para optimizar la distribución de alimentos en el Bajío; la mejora de infraestructura en bancos ubicados en Jalisco, Yucatán y Chiapas; y un fondo revolvente que permitirá rescatar alimentos directamente desde el campo. Esta última iniciativa representa una de las apuestas más innovadoras para cerrar la brecha entre producción y consumo sin dejar a nadie atrás.
Desde la Red BAMX, el impacto de esta colaboración se percibe con claridad. “Esta alianza representa mucho más que una inversión: es una oportunidad real de transformar el acceso a los alimentos en las regiones donde más se necesita”, explicó Mariana Jiménez, directora general de la Red BAMX. Gracias al impulso recibido, podrán ampliar su cobertura territorial, optimizar su operación y llegar a nuevas comunidades vulnerables.
La alianza también refuerza programas integrales como Comer en Familia o Pacto por la Comida, que abordan dimensiones educativas, ambientales y sociales del problema alimentario. Lejos de ser una solución momentánea, la inversión se suma a una trayectoria de impacto sostenido: más de 28 millones de dólares invertidos desde 2012 por parte de Fundación PepsiCo México, beneficiando a más de cinco millones de personas.
“Creemos en el poder de las alianzas para generar cambios reales y alimentar el cambio”, comentó Leonor Quiroz, directora senior de Comunicación Corporativa e Impacto Social para PepsiCo Alimentos México. Una visión que también comparte Dulce Santana, gerente senior de Impacto Social: “Nos enorgullece ser parte de esta huella. Con programas como Agrovita, Hambre Cero y Redes Solidarias, hemos podido habilitar a organizaciones con probada capacidad transformadora.”
En tiempos donde la sostenibilidad exige pasar del discurso a la acción, este tipo de colaboraciones muestran que el cambio no solo es posible, sino que ya está en marcha. Alimentar el cambio, como bien definen sus impulsores, es también alimentar la esperanza de comunidades más resilientes y con futuro propio.