Rellenan botellas para venderlas como nuevas
El comercio ilegal de alcohol aumentó un 9.7% en Latinoamérica durante la pandemia y al cerrar el 2020 se estimó el volumen comercializado en aproximadamente 750 millones de botellas de un litro según el estudio de Euromonitor International sobre el comercio ilícito de bebidas alcohólicas destiladas en América Latina.
México no fue la excepción, ya que el consumo de bebidas adulteradas aumentó un 9.8% con respecto al 2019. En el mismo informe de Euromonitor International realizado en 2020, se menciona que el 42.5% del comercio de licores en el país es ilegal. De acuerdo a la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) las bebidas que más se adulteran son el tequila, ron, brandy, coñac y whisky.
El cierre de negocios no esenciales como medida preventiva de Covid-19, la desinformación, la desigualdad de ingresos, el desempleo debido a la pandemia y los altos precios de los productos regulados contribuyeron a la expansión del mercado ilegal de licores.
Los licores adulterados son mezclas de alcoholes tóxicos que buscan asemejarse en aspecto, sabor y olor a las bebidas legales elaboradas con etanol. Sin embargo, al tener compuestos químicos diferentes y no estar supervisados, resultan dañinos para la salud. De acuerdo al Instituto Mexicano de Seguridad Social (IMSS), el alcohol adulterado generalmente contiene metanol, usado principalmente como anticongelante, disolvente y combustible, a diferencia del etanol, este no es apto para su consumo.
Algunos de los efectos que tiene en el organismo son: dolor de cabeza, mareo, náuseas, vómito, ceguera (por el daño al nervio óptico), daño hepático e incluso la muerte cuando se ingieren cantidades superiores a los 20 ml. Los efectos inician entre los 30 minutos y las 72 horas después de consumirlo.
El año pasado ocurrieron distintos incidentes relacionados al consumo de bebidas adulteradas con 119 víctimas en los estados de Jalisco, Puebla, Morelos y Yucatán según distintas fuentes, a pesar de las restricciones impuestas por los gobiernos estatales para desalentar las reuniones sociales.
Parte de la problemática se acentúa en el hecho de que las botellas de bebidas alcohólicas desechadas continúan siendo útiles. En México se generan más de 3 millones de toneladas de vidrio anualmente según Cofepris.
“4 de cada 10 de las botellas de vidrio de licores o destilados son acopiadas para ser rellenadas y vendidas como bebidas adulteradas”
José Luis Pérez, director del proyecto de reciclaje Cerrando el Ciclo.
Algunas de las medidas necesarias para frenar el tráfico ilegal de alcohol son: lograr que los consumidores estén informados sobre los riesgos de su consumo, mecanismos de control en los puntos de venta, monitoreo permanente de los productos lícitos y una constante coordinación entre industria, gobiernos y sociedad para reportar vendedores y lugares de venta ilegales.
Una antigua recomendación para el desecho de botellas de vidrio era romperlas, sin embargo, es una medida que dificulta su manejo en el proceso de reciclaje, además de poner en peligro a los trabajadores.
Para ello, se recomienda que las botellas sean llevadas a centros de acopio especializados. José Luis Pérez comentó que desde 2014 se han recolectado más de 110 toneladas de vidrio para que se les diera correcto reciclaje en su empresa. La donación a este tipo de asociaciones civiles contribuye a frenar la práctica de reventa de botellas de vidrio que hacen pasar por bebidas reguladas.