Las empresas en México y el cambio climático
Por: María Díaz Petit, directora de marketing, producto y experiencia del cliente en Bupa México
El cambio climático es una problemática que ha generado cada vez más preocupación en los últimos años, y su visibilidad se debe en su mayoría al esfuerzo de los jóvenes por concientizar a la población acerca de las fuertes consecuencias que este trae consigo. Así, el 68% de los mexicanos demuestran una preocupación habitual por este problema, mientras que un 74% ya notan impactos del cambio climático en el país.
En los últimos 50 años, las temperaturas promedio en el país han aumentado aproximadamente 0.85°C por arriba de la normal climatológica, y se espera que entre 2015 y 2039 el promedio de la temperatura anual en el norte de México haya aumentado 1.5°C y 2°C. Asimismo, se observó un aumento en la intensidad de ciclones tropicales, que afectan al 60% del territorio nacional. Estos fenómenos hidrometeorológicos extremos son una de las principales preocupaciones de los ciudadanos ya que estos eventos afectan los sistemas humanos y los ecosistemas, creando mayor exposición y vulnerabilidad.
Las repercusiones del cambio climático no solo afectan al territorio, sino que también desatan pérdidas económicas para el gobierno, los ciudadanos y las empresas. De 1999 al 2017, el 91% de los recursos de declaratoria de desastre en México fueron destinado a eventos climáticos, y los tres desastres naturales más costosos fueron los ciclones tropicales Manuel e Ingrid en 2013 con 3,087 millones de dólares, Alex 2010 con 1,388 millones y Mathew 2010 con 922 millones.
En este sentido, los ciudadanos consideran que la responsabilidad para reducir el impacto al medio ambiente se comparte entre el gobierno, individuos y sectores empresariales: el 81% de los mexicanos consideran que el gobierno es responsable de reducir las emisiones de carbono, mientras que el 79% opina que las empresas son igual deben estar igualmente comprometidas que los gobiernos. Estos sectores deben atender la problemática, pues el aumento de la temperatura promedio en 1° C, además, podría reducir el crecimiento del PIB per cápita nacional entre 0.77% y 1.76%.
Asimismo, se trata de una responsabilidad compartida que a su vez trae beneficios directos para las empresas. El 94% de los mexicanos afirma que su empresa ya se ha visto afectada por el cambio climático, mientras que el 89% de los ejecutivos está de acuerdo en que hay una emergencia climática global.
Para el 78% de los mexicanos es importante que las empresas actúen para combatir el cambio climático, sin embargo, el 82% reconoce su propia responsabilidad en la reducción de las emisiones. Algunas acciones que pueden contemplarse en el día a día de forma individual para mitigar las consecuencias del cambio climático son, por ejemplo, evitar los plásticos de un solo uso, así como productos que tienen mucho embalaje, reparar los productos que ya se tienen o comprar de segunda mano, comer menos carne o reemplazarla con comidas alternativas, entre otras. A una mayor escala, se recomienda evitar tomar vuelos y hacer viajes en tren o autobús.
Por parte de las empresas, un tercio de las emisiones nacionales de GEI por generación y consumo de energía en México provienen del sector privado, por ello, que estas contribuyan a los esfuerzos nacionales para combatir el cambio climático es crucial para evitar impactos irreversibles sobre los ecosistemas, la población y la infraestructura.
Campañas de reforestación y que promuevan evitar el uso de automóvil algunos días a la semana, además de crear sensibilización y conciencia social, son clave dentro de la misma estrategia corporativa. En Bupa, por ejemplo, hemos hecho lo propio con el programa Healthy Cities. Como resultado pudimos aportar 5 bosques urbanos en zonas estratégicas. Es un primer paso, pero debe ser también el punto de partida para crear conversación, concientizar de la importancia de estas acciones y generar nuevas ideas, proyectos y dinámicas. Ha sido un asunto urgente desde hace años, no podemos seguir avanzando sin abrir los ojos.