Entendiendo el ecosistema financiero de la generación millennial

Por: Sergio Jiménez Amozurrutia, CEO y fundador de Flink 

La generación millennial; la juventud en constante búsqueda de nuevas experiencias por vivir en todos los estratos de su vida. Estas personas, nacidas entre 1977 y 1995, de acuerdo con el INEGI, representan un aproximado del 46% de la población económicamente activa en México, y han crecido de la mano con la tecnología, siendo testigos de sus principales avances, por ejemplo, el surgimiento de los servicios financieros en línea y los bancos digitales. Estimaciones de la consultora Deloitte apuntan que, en 2025, los millennials serán el 75% de la fuerza laboral en todo el mundo.

Entreprenur

Existe una combinación interesante en este grupo. Cuando se mezcla la juventud, el tiempo y el dinero, llegan las ganas de gastarlo sin medir consecuencias; no obstante, estas decisiones, invariablemente llevan a tener finanzas personales precarias.

Pero…¿por qué ocurre esto?, ¿por qué a pesar de contar con una -o más- fuentes de ingreso, no es posible llegar al final del mes sin retirar los últimos billetes de nuestra cuenta o adquirir alguna deuda nueva? Contando factores como el siempre volátil y cambiante contexto económico, otros factores que tienen gran relevancia son, sin duda, los hábitos financieros y la (falta de) cultura monetaria en este sector poblacional.

Con el paso del tiempo, llegan responsabilidades económicas que requieren conocimiento básico respecto a cómo se administra el dinero y, sobre todo, cómo hacerlo rendir e incluso, crecer. Ante esto, surge la interrogante central de este texto: ¿Cómo utilizan y administran su dinero los millennials?

Para responder esta pregunta, es necesario saber cómo se obtienen los ingresos en la actualidad y hacia dónde se dirigen las tendencias del empleo en el país. Cifras del INEGI apuntan que, más de la mitad de la población que trabaja en el país (57%), lo hace desde la informalidad. Esta situación se da por diversos factores, como el contexto laboral que se vive en la actualidad, en el que mucha gente se ha visto en la necesidad de trabajar por su cuenta; sin embargo, hay una parte de la población que se establece en la informalidad por temas de flexibilidad de horario e innovación en los servicios y procesos.

La búsqueda de mejores beneficios laborales es otro punto importante. Más que por un salario quincenal o mensual, los millennials aceptan o rechazan empleos formales ponderando factores como mayores prestaciones, posibilidad de trabajar a distancia o incluso, establecer  sus propios horarios de acuerdo con sus necesidades, a las que cada vez más empresas han comenzado a adaptarse.

Respecto a la forma consumir, y fieles a su naturaleza como nativos digitales, los millennials tienen un fuerte gusto por las aplicaciones móviles y los productos, servicios y experiencias que ofrecen. Esta es una característica distintiva de este grupo de jóvenes, quienes han depositado una buena parte de su vida en un smartphone. Muchas de estas aplicaciones conllevan gastos constantes, de los que a veces no se han percatado, por ejemplo, las plataformas de transporte o entretenimiento, que son de las principales vías de gasto en este grupo.

La amplia oferta y apertura de productos en línea, las entregas personalizadas y las constantes promociones, han fomentado esta manera de consumo entre la juventud. Actualmente, cualquier persona conectada a internet puede tener, casi cualquier producto o servicio de cualquier parte del mundo en cuestión de horas o días.

El 65% de los consumidores de internet lo utilizan para ver  series o plataformas de streaming, mientras que el 41% de los usuarios solicitan un servicio de transporte en línea, 5% más respecto a 2018, de acuerdo con datos de la Asociación del Internet MX.


Respecto a las compras digitales, 14% de los usuarios de internet en México realizaron alguna, tras la interacción con publicidad online, mientras que 18% de los internautas hacen las compras del supermercado en línea, debido a la practicidad antes mencionada (el asunto de las filas).

Sin embargo, estas cifras lucen bajas si las comparamos con la interacción del internauta y los servicios de banca digital. La Asociación del Internet MX, en su Estudio sobre los Hábitos de los Usuarios de Internet en México 2019, recalcó el aumento en el porcentaje de usuarios que utilizan la red para hacer algún tipo de operación bancarias ha aumentado en un 58%, en comparación con el 2018, donde registraba un 53% de la muestra nacional. Y no es de extrañarse que esta tendencia continúe en aumento, sobre todo con el auge de las empresas de tecnología financiera, mejor conocidas como fintech. 

Es así que las nuevas plataformas de ahorro, inversión y servicios financieros cobran relevancia. En un contexto en el que el ahorro no es tema de consideración para más del 32% de los jóvenes y adultos en el país -de acuerdo con la última Encuesta Nacional de Inclusión Financiera publicada por el INEGI-, soluciones como Flink, que incluye entre sus funciones principales el establecer un plan de ahorro y presupuesto para los usuarios, además de ofrecerles una alternativa completa de banca digital y posibilidad de inversión en las grandes marcas del mundo; todo esto, en un par de clics en un teléfono celular.  

Teniendo en cuenta la idea de que las nuevas tecnologías han creado una forma distinta de manejar el dinero, Flink se ha establecido con fuerza en la generación millenial, ya que ha logrado cubrir los puntos esenciales que satisfacen sus actuales necesidades financieras. Hoy, la gente no quiere hacer filas en los bancos, quiere saber cuánto dinero tiene y poder realizar transacciones en cualquier momento del día y desde cualquier lugar, sin tener restricciones de horarios o sucursales, y eso es, precisamente, lo que está fintech ha logrado solucionar y adaptar al acelerado tren de vida de la juventud mexicana.

El internet y los dispositivos móviles han dado un toque de eficiencia e inmediatez en las actividades cotidianas, y son los millennials los primeros en integrar la tecnología a su vida diaria, en la forma en que producen y gastan. Estos jóvenes dividen su ecosistema monetario entre transacciones físicas y digitales, es por eso que necesitan manejar su dinero en ambos mundos, pero añadiendo la posibilidad de adquirir cultura del ahorro y hacer crecer sus ganancias por medio de inversión en el terreno digital. 


 

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