¿Llegó el momento de fortalecer lazos comerciales en Latam?

 Por Gabriela García Zúñiga

Frente al proteccionismo de EUA, América Latina tiene una oportunidad estratégica: fortalecer sus lazos económicos internos. Con décadas de experiencia en acuerdos comerciales y bloques regionales, la región está llamada a consolidar su integración.


¿Llegó el momento de fortalecer lazos comerciales en Latam?


¿Llegó el momento de fortalecer lazos comerciales en Latam?
Imagen: Secretaría de Economía.

La serie de aranceles impuestos en el segundo periodo del gobierno del presidente Donald Trump, afectaron  al mundo, y América Latina no fue la excepción. Para la  mayoría de los países de la región, se anunció un arancel general del 10%. En tanto que otros países de la región experimentaron aranceles como Nicaragua: 18%; Guyana: 38%; Venezuela: 15%.

 

Además de los aranceles generales, se impusieron aranceles específicos a ciertos productos, como el acero y el aluminio. Y se implementó muchos otros aranceles "recíprocos" -equivalentes a los aranceles que esos países supuestamente aplicaban a los productos estadounidenses-.

 

Esta tensión económica que se ha generado en los países de la región, -y en el mundo entero-, plantea la necesidad de adoptar medidas estratégicas para mitigar los efectos adversos de los aranceles en la región, y reforzar la estabilidad del mercado financiero. ¿Por qué el fortalecimiento comercial entre los países de América Latina no podría ser una respuesta para desarrollar las economías locales, promover los mercado locales y disminuir la dependencia comercial con EUA?

 

Décadas de experiencias de acuerdos comerciales en LATAM están ejemplificando que, la diversificación de exportaciones y la promoción de acuerdos comerciales de los países de la región, serían clave para amortiguar el impacto de las políticas proteccionistas de Trump.

 

Un poco de la historia comercial de la región

En la revisión de los acuerdos que se han firmado entre los países de Latinoamérica, se considera que México fue el primer país que inició la negociación de acuerdos comerciales a partir del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), de enero de 1994 a junio de 2020, y que más tarde que se modernizó y es lo que hoy es T-MEC, vigente desde julio de 2020.

 

Sin embargo, lo cierto es que México participó desde la década de 1960 en negociaciones comerciales con países de Latinoamérica bajo el paraguas de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio, de la que México fue uno de los siete fundadores, y desde la década de 1980 con su sucesora, la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).

 

El proceso de integración que se buscaba de origen con la ALADI, era más profundo que el del TLCAN, porque la ALADI dirigía sus esfuerzos, -al menos aspiracionalmente-, a un mercado común, mientras que el TLCAN siempre quiso ser y fue un área de libre comercio. 

 

La profesora-investigadora de Negocios Internacionales de la Universidad de Monterrey, Karla María Nava-Aguirre, en su publicación sobre el acuerdos comerciales de la región, observó que en los hechos  la ALADI se quedó en negociaciones de alcance limitado, sobre un número reducido de productos y temas, mientras que el modelo adoptado por México en sus negociaciones para el TLCAN (1994),adoptó nuevos temas en la agenda comercial y un nivel de desgravación más profundo. 

 

Con ese modelo recién aprendido, México negoció sus primeros tratados de “nueva generación” con Colombia y Venezuela (G-3, 1994), Costa Rica (1994), Bolivia (1994), Chile (1999), Nicaragua (1998), uno con Guatemala, Honduras y El Salvador (Triángulo Norte de Centroamérica, 2000). 

 

Tendencia a crear bloques de países 

Nava-Aguirre, quien también es miembro de la Asociación Mexicana de Estudios Internacionales (AMEI), percibió que en la primera década del 2000, la estrategia de negociación comercial de México hacia la región de Latinoamérica, fue un esfuerzo más selectivo de profundización comercial con jugadores clave de la región, con la intención por formar bloques, siguiendo el  modelo del TLCAN, y las anotaciones de las negociaciones que se tuvieron con diferentes países.

 

En 2004 México negoció un tratado de libre comercio con Uruguay, que pasaba por una delicada crisis financiera, como una manera de entrar además en el bloque sudamericano liderado por Brasil con un modelo de integración diferente. 

 

Con el resto de países del Mercado Común del Sur (Mercosur) con vocación de libre comercio se mantienen los acuerdos de complementación económica bajo la ALADI, acuerdos de menor cobertura temática y menor alcance en liberalización, pero de alguna manera se “rompe” la unidad del bloque y eso permite abrir la posibilidad extender las relaciones comerciales de México, con un modelo propio, en Sudamérica.

 

En cuanto a la tendencia a formar bloques, se llevó a cabo un ejercicio de consolidación de los tres tratados con países centroamericanos en un tratado de libre comercio único con Centroamérica (2011) para actualizar y facilitar las reglas de comercio, y se abrió la posibilidad de negociar con Perú (2012), dada su negociación con EUA. 

 

En ese entonces, Chile, Colombia, México y Perú se habían constituido en los países latinoamericanos más activos en negociaciones bilaterales, lo cual sentaría las bases para intentos de integración más profundos.

 

En 2015 se consolidó lo que marcaría un hito en las relaciones comerciales de Latinoamérica y el mundo: la entrada en vigor del acuerdo comercial bajo el proceso de integración conocido como la Alianza del Pacífico. 

 

La negociación entre Chile, Colombia, México y Perú consolidó sus esfuerzos de integración que se venían intentando décadas atrás, con un nivel de ambición alto en liberalización comercial y reglas comerciales. Además de que, apuntó a fortalecer las relaciones de Latinoamérica con la región: Asia-Pacífico. 

 

Esta integración tuvo una intención más profunda, más allá de un libre comercio, y la integración en aspectos económicos. Lo cual permitió a México, cerrar la negociación de un tratado de libre comercio con Panamá en 2015, después de dos intentos previos.

 

México, actor importante en los procesos comerciales de Latinoamérica

Además de las negociaciones bajo la ALADI y de las negociaciones bilaterales de varios países latinoamericanos y con el resto del mundo, existían en Latinoamérica los procesos de integración comercial bajo el Mercosur y la Comunidad Andina, con un modelo propio.

 

Tras el arranque del TLCAN en 1994, EUA lanzó la iniciativa de un Área de Libre Comercio de la América, una negociación que incluía a los 34 países de América y el Caribe, -menos Cuba-, cuya negociación se suspendió en 2005, sin lograr resultados por las diferencias entre Brasil y EUA.

 

Esto motivó el esfuerzo promovido por Perú, en 2006, por relanzar una negociación plurilateral solo de Latinoamérica en lo que se llamó el Foro Arco del Pacífico. Negociación que incluyó cuatro países de la Comunidad Andina (Chile, Colombia, Ecuador y Perú), seis de Centroamérica (todos menos Belice) y México, todos en la llamada Cuenca del Pacífico Latinoamericano. 

 

Cuando la negociación empezó a detenerse por las diferentes ambiciones de los países, se lanzó la negociación de la Alianza del Pacífico entre los cuatro países más “adelantados”, con el fin de avanzar hacia la libre movilidad de bienes, servicios, personas y capitales. En 2012 se firmó el Acuerdo Marco y, en 2015, entró en vigor el acuerdo comercial como un protocolo adicional a dicho acuerdo.

 

A la fecha, la Alianza del Pacífico llama la atención del mundo, con 61 estados observadores, la solicitud de algunos países de ser miembros de pleno derecho y un interesante proceso de negociación en bloque que dio como fruto la celebración de un tratado de libre comercio entre la Alianza del Pacífico, como bloque, y Singapur, y el interés en  sumar otras economías, como Australia o Nueva Zelanda.

 

Los acuerdos comerciales han estado en constante evolución, con nuevas negociaciones y las continuas  adhesiones o retiros de países miembros. 

 

México ha sido un actor importante en todos los procesos comerciales desde la década de 1960, primero, por ser parte de un tratado de libre comercio con un país desarrollado; como “difusor” del modelo del TLCAN, que después se enriqueció basándose en 25 años de negociaciones comerciales; y como facilitador  de las reglas comerciales, mediante la consolidación de tratados en mini bloques y como protagonista de la nueva relación de alianza con los países del resto del mundo bajo la figura de ‘Estado asociado’, como el tratado de libre comercio con Singapur. 

 

Sin duda, en negociaciones comerciales, México es más que el T-MEC. Nuestro país se ha consolidado como un país que busca diversificar sus relaciones con otras regiones. Sería importante seguir de cerca los compromisos y los temas clave en dichos acuerdos, en donde renglones como la tecnología, la innovación, la sostenibilidad y la inclusión, se vislumbran como ejes rectores en una nueva era en las negociaciones internacionales de los países como regiones.

 

El repaso de estos acuerdos comerciales gestados en décadas pasadas, son una muestra de la experiencia que ya existe en la región, en la negociación comercial. ¿Qué faltaría? ¿Consolidación?, ¿Más disposición de parte de los países para llevar a buen fin los acuerdos? ¿Integración de los países en la región en ‘brics’ o mini bloques? Porque sólo hay una coincidencia: lograr el fortalecimiento de América Latina.

 

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