La artesanía que está de moda

Por Mtra. Marta Elizalde Durán*.

Haciendo un recorrido por nuestros pueblos y por los comercios que exponen productos hechos a mano (lo que llamamos artesanía o producto artesanal), detectamos que los usos y costumbres de un pueblo se reflejan en los objetos que utiliza. Por lo tanto, no hay necesidad de producir sombreros de paja en un lugar donde no da el sol. La vida ya no es la misma y las artesanías tienen que reinventarse; el reto es seguir siendo fieles a la cosmogonía que hace de México un lugar único.

Unas manos encalladas tejen lo que a simple vista es un rebozo; pero, no: realmente están contando la historia de su pueblo. Los personajes ya no son los mismos, ni la trama: nuevos diseños y renovados procesos son parte de la manufactura artesanal del México de hoy. Y muchos de estos diseños y colores de nuestros paisajes y pueblos mexicanos son historias de comunidades que quieren seguir produciendo con sus manos, contando sus historias y quieren que estos productos lleguen a comunidades urbanas y se genere un esquema de comercio justo.

Las nuevas generaciones se alejan de la llamada “artesanía estereotipada” y se enfrascan en encontrar otras formas de plasmar sus historias en las piezas, cuya originalidad los coloca con un pie en el terreno del arte. Aunque suene paradójico, estos personajes encontraron en la reinvención el camino más eficaz para mantener vivas sus tradiciones. Los procesos de producción también cambian; algunos cuidan que lo que hacen sus manos no dañe al medio.

 

“Sumando pasos” de Converse

Últimamente, vemos proyectos que involucran modelos comerciales de fácil acceso a gran parte de los consumidores, por ejemplo: “Sumando pasos” de Converse, que son zapatos tennis pintados a mano por indígenas mixtecos que han recibido el apoyo y la capacitación para organizarse y producir estos productos de manera organizada, con amplio cuidado del ambiente, componentes de sustentabilidad y generando beneficios para su población, como la autoconstrucción de un centro comunitario.

Estos artesanos son parte de organizaciones comprometidas con el desarrollo de su familia y comunidad, que trabajan en forma colectiva y democrática. Ellas son conscientes de la necesidad de cuidar sus recursos naturales en el proceso de producción artesanal.

 

Una manera de dar valor

Nuestra compra beneficia a grupos indígenas y a sus proyectos de desarrollo comunitario. Pero tenemos que ser conscientes de que hay que respetar el origen de estos diseños, establecer esquemas de comercio justo que protejan el diseño y trabajo de estos artesanos y que ésta moda por lo “artesanal” no sea una manera de despojar el valor de nuestras costumbres y nuestra gente, sino un auténtico deseo de colaborar y ayudarles.

Crédito de imagen: Universidad Anáhuac.

*La autora, Mtra. Marta Elizalde Durán (@martiselizalde), es coordinadora de Comunicación y Consultoría en la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac, @clares_anahuac.

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