Derechos de transmisión en plataformas de streaming: Fragmentación de contenido deportivo

Por Víctor M. Adames 

 

Ante los avances tecnológicos que existen en la transmisión de señales, es evidente que la inmediatez y la rapidez se convierten en una tendencia perseguida por el consumidor de estos servicios brindados por un nicho cada vez más fragmentado, esto, debido entre otras cosas, al acelerado nivel de la vida actual de las personas. 


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Dentro de esta nueva realidad tecnológica, el streaming ha atacado directamente los obstáculos económicos que existían para un consumidor promedio que buscaba tener acceso a los eventos en vivo que se ofrecen por televisión satelital o en cable, esto ha sido así, precisamente al fragmentar los contenidos en distintas plataformas que por precios menores te dan la oportunidad de acceder únicamente a los eventos deportivos en vivo que en realidad consumes.  

 

No obstante, lo anterior, la fragmentación del contenido confunde y rompe con los esquemas de repartición de derechos que fungían como los pilares dentro de las ligas deportivas y de los clubes que las conforman, generando así una desorientación en el consumidor, misma que lleva a la normalización de malas prácticas como la piratería de señales o la retransmisión sin autorización de estas. 

 

Tomando en consideración la retransmisión ilegal de señales, podemos observar cómo figuran una especie de streamings con contenido pirata, siendo diversos sitios web audiovisuales, aplicaciones de transmisión en directo y decodificadores de libre transmisión, los más comunes dentro de estas malas prácticas que se vuelven cada vez más frecuentadas por los consumidores de este tipo de eventos deportivos en vivo.  

 

Evidentemente esta situación ha llegado a afectar en gran medida a los órganos de transmisión de audio señales, pues terminan por perder y desvirtuar los beneficios de lo invertido para mantener el derecho exclusivo de radiodifusión de los eventos. Es por eso que los contratos con las televisoras han pasado a un “segundo plano de importancia”, generando una presión natural en las grandes empresas de comunicación para emigrar a la tendencia del streaming y la fracturación del nicho preexistente entre las televisoras.  

 

Es así que la negociación de los derechos de transmisión, dependen como regla general, de la misma organización que existe en las ligas deportivas, tomando en cuenta que, en su mayoría, las ligas más reconocidas del mundo han optado por una centralización de estos derechos, donde los mismos son negociados con algún órgano de difusión para su posterior emisión en exclusiva durante las temporadas negociadas en el acuerdo.  

 

Esta práctica realmente genera una organización real y un control sobre los partidos transmitidos, fomentando así una competencia leal dentro de los mismos órganos que buscan la mejor negociación entre los contenidos que se pueden llegar a ofrecer dentro de sus catálogos. No obstante, lo anterior, el crecimiento constante de las plataformas de streaming en línea, junto con la irrupción tan abrupta y acelerada de las mismas dentro del mercado televisivo, han provocado que las negociaciones se fragmenten por completo, pues ahora se venden las exclusivas a una sola plataforma que únicamente cuenta con esa transmisión específica, sin contar con el amplio catálogo deportivo al que antes se podía acceder dentro de una misma emisora.  

 

Si bien esta es la práctica común, la realidad es que existen otras ligas como la Liga MX, que no cuentan con una centralización de sus derechos de transmisión al no ser ellos los propietarios de estos derechos, donde más bien son directamente los equipos los que tienen la capacidad de negociar libremente la emisión de sus partidos, originando así una fragmentación aún mayor dentro de los contenidos deportivos.  

 

Tomando en consideración todas estas complicaciones, es evidente que la negociación de estos contenidos juega un papel fundamental dentro de la protección de los derechos de exclusividad que operan en estos casos, tomando así un papel fundamental la correcta unificación de criterios de negociación, pues estos afectan directa o indirectamente a todos los actores de este giro comercial. 

 

De igual manera, se puede concluir que ambos extremos de la regulación o del manejo de estos derechos por parte de los entes deportivos, agravan el conflicto de la fragmentación y de las negociaciones de estos derechos, pues tanto la centralización unificada de los derechos de transmisión bajo una sola entidad, como la sobre diversificación de entidades que pueden negociar sus propios términos, generan una disparidad de criterios que terminan por fragmentar en demasía el sector de la transmisión de contenido deportivo, haciendo así muy complicada la correcta gestión de los contenidos, y generando a su vez una serie de malas prácticas que terminan por perjudicar los derechos de exclusividad que giran en torno a la transmisión en plataformas de streaming.  

 

 

 

 *Víctor M. Adames es Socio de BC&B, con más de 17 años de experiencia en la práctica de Propiedad Intelectual en las áreas de signos distintivos, derechos de autor y nombres de dominio.   


 

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