Transforman agua salada en energía eléctrica
La empresa colombiana de energía renovable E-Dina, en cooperación con Wunderman Thompson Colombia, lanzan WaterLight, un revolucionario dispositivo que extrae energía de un recurso natural tan abundante como el agua salada, esto proyecta impactar positivamente la vida de muchas personas alrededor del mundo.
Según la OMS, al menos 840 millones de personas en todo el mundo no tienen acceso a electricidad confiable. Con base a resultados de estadísticas, se espera que la demanda de electricidad aumente un 70% para 2035 y que los combustibles fósiles tradicionales se agoten en los próximos 52 años.
Diseñado y co-desarrollado entre E-Dina y Wunderman Thompson Colombia, Waterlight aprovecha el poder de la ionización, un proceso por el cual los electrolitos de agua salada reaccionan con materiales metálicos en el interior del dispositivo, produciendo de este modo energía eléctrica. Además de ser un generador de energía portátil, Waterlight está pensado funcionalmente como una lámpara que también es fuente de carga para pequeños aparatos como teléfonos celulares, radios o dispositivos que funcionen universalmente a través de un puerto USB. Perfectamente adaptado al agua de mar, el dispositivo también responde en escenarios de emergencia a la alimentación de carga con agua mezclada con sal e incluso con orina.
"WaterLight demuestra cómo la unión entre la tecnología, creatividad y humanidad puede producir una idea genuinamente innovadora - una que tiene el potencial de transformar la vida de millones de personas. Las iniciativas vanguardistas impulsan un cambio real para un mundo mejor, necesitamos ideas donde la humanidad sea el núcleo”
Bas Korsten, Director Creativo Global, Wunderman Thompson.
Esta tecnología sustenta su creación bajo los pilares empresariales de desarrollo sostenible, eficiencia energética y transferencia tecnológica, el futuro bajo esta visión es un escenario que E-Dina y Wunderman Thompson Colombia, plantearon comprobar con los Wayúu, una comunidad indígena que vive en la remota península de La Guajira, en la frontera entre Colombia y Venezuela. Aunque su árido desierto carece de conexión a la red eléctrica, la tribu tiene acceso a la batería más abundante del mundo: el mar.
Gracias al primer contacto de WaterLight con el mundo, los Wayúu han transformado sus vidas de forma segura y sostenible, hábitos rutinarios como la pesca nocturna, la carga de teléfonos móviles o la vida después del ocaso, son posibles ahora sin la necesidad de trasladarse por kilómetros para buscar una fuente de energía; la sensación cálida de la luz permite la conexión dentro de la comunidad con el mundo exterior, algo que según ellos, afirmaron con orgullo, hubiese sido impensable para sus ancestros.
Creamos esta solución sustentable para que hoy todos puedan tener acceso a recursos básicos y así obtengan una mejor calidad de vida. En línea a nuestro compromiso con la sostenibilidad, WaterLight se ha creado como un producto 100% reciclable y duradero. Diseñado para funcionar durante 5.600 horas - lo que equivale a más de 230 días o 2 a 3 años de uso -. Se escalamiento tecnológico tiene un potencial verdaderamente global
Departamento Científico de E-Dina.
Muchos países en desarrollo como Sierra León, Nigeria, Gabón, Somalia y Siria se encuentran en una posición similar a la de La Guajira, sin acceso a la energía, pero con el beneficio de una costa. Para los gobiernos, ONGs y organizaciones privadas que buscan soluciones tecnológicas sostenibles para estas comunidades, WaterLight representa una opción innovadora. Además, el dispositivo también podría resultar inestimable para beneficiar a la crisis migratoria global, especialmente en situaciones en que los recursos son escasos. Finalmente, puede ser muy útil en la ayuda a desastres naturales como tifones y huracanes, fuerzas de la naturaleza que destruyen redes eléctricas e incomunican poblaciones enteras.
Decorada con motivos tradicionales y símbolos Wayúu, el diseño se inspira el arte ancestral de los Kanas, figuras geométricas que representan el mar, la fauna y la flora. Mientras tanto las correas, fueron tejidas por las Eünün – artesanas de la comunidad Wayúu que se mantienen fieles a sus herencias indígenas.