Comercio China-América Latina: Perspectivas Futuras

 

La relación comercial entre América Latina y China ha experimentado un crecimiento exponencial en las últimas dos décadas, convirtiendo al dragón asiático en un socio comercial clave para la región, que podría contribuir en el fortalecimiento de las economías de ambas regiones, y contrarrestar la actual coyuntura que desató la política comercial de EUA.


Comercio China-América Latina:  Perspectivas Futuras
Comercio China-América Latina:  Perspectivas Futuras

China se ha convertido en el principal socio comercial de países sudamericanos como Brasil, Chile, Perú y Uruguay, y ocupa el segundo lugar para muchos otros en la región.

 

Las exportaciones de América Latina hacia esa región, consistieron principalmente en materias primas como soja, cobre, mineral de hierro, petróleo, litio, carne de res, café y otros productos agrícolas, con lo que Latinoamérica se ha consolidado como un importante proveedor de alimentos para el país asiático, cita la CEPAL.

 

En tanto que las importaciones latinoamericanas desde China, incluyen bienes manufacturados, productos electrónicos, maquinaria y equipos industriales.

 

En cuanto a la inversión china en la región ha aumentado significativamente, enfocándose en sectores como infraestructura (puertos, ferrocarriles, energía), minería (litio, cobre), energía (incluyendo energías renovables) y, más recientemente, en manufactura (vehículos eléctricos). La Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) ha facilitado muchas de estas inversiones.

 

China también se ha convertido en una fuente importante de financiamiento y préstamos para proyectos de infraestructura en América Latina.

 

Comercio Bilateral estratégico

De la Cámara de Comercio México-China, Diana Gamboa, gerente de Comunicación, opina que la relación comercial entre México y China ha madurado. En los últimos 20 años, el intercambio se ha vuelto cada vez más dinámico, más amplio y, sobre todo, más estratégico. 

 

“Para dar una idea, en 2023 superamos los US$100 millardos en comercio bilateral. lo cual significa que China es ya el segundo socio comercial de México, después de EUA, y que México ocupa un lugar privilegiado en América Latina para el comercio con el gigante asiático”, dijo la gerente de Comunicación de la Cámara.

 

A menudo se escucha que México no tiene un tratado de libre comercio con China, como sí ocurre con Chile, Perú o Costa Rica. Y es cierto. Pero lo que pocos mencionan —o simplemente olvidan— es que México y China firmaron en 2013 una Asociación Estratégica Integral. Este acuerdo es el más alto nivel de relación diplomática entre dos países, -en opinión de la entrevistada-, y aunque no tenga la forma de un TLC, abre puertas a proyectos de inversión, cooperación técnica, diálogo político y empresarial  y coloca al país en un lugar clave dentro de la agenda internacional de China.
 

Infraestructura y colaboración

La entrevistada advierte que esta diversificación no es casualidad. Refleja una apuesta por el valor agregado y por una relación que ya no es sólo de compraventa, sino de confianza mutua. 

 

“Y proyectos como el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec —sí, ese ambicioso tren transístmico que conecta océanos y regiones— están pensados justamente para posicionar a México como una plataforma logística estratégica entre Asia y América”.

 

Explicó la vocera que el objetivo de fondo es que, lo que sale de China no solo llegue más rápido a América Latina, sino que, lo que producimos aquí también cruce el Pacífico con mayor facilidad. 

 

“México lo está haciendo: el Corredor Transístmico, pero no es solo un tren. Es una columna vertebral logística que podría conectar fábricas, puertos, servicios y comunidades en una red que mire hacia el Pacífico... y por ende, hacia Asia”, señaló Gamboa.

 

Fortalecer nuestras estrategias nacionales de exportación, es clave. Pero hace falta también una diplomacia económica activa, una que no sólo abra puertas, sino que nos ayude a entender qué hay del otro lado.

 

“China, por cierto, está abierta a importar productos con mayor complejidad, siempre que cumplan sus estándares: calidad, trazabilidad, sanidad”, mencionó.

 

Exportaciones de AL e Importaciones de China

El sector agroalimentario es uno de los grandes protagonistas en las exportaciones. Productos como carne de cerdo, aguacates, arándanos, vino, café y pescados se han abierto paso en un mercado gigantesco, diverso y exigente. “Es más, hoy en día, una caja de cerezas chilenas o un paquete de café colombiano pueden encontrarse fácilmente en supermercados de Shanghái o Guangzhou”, informó la gerente.

 

Dijo que la minería metálica también ha tenido un papel fundamental, con exportaciones de cobre, litio y hierro que alimentan las industrias chinas de tecnología, infraestructura y electromovilidad.

 

De China,  principalmente se importa maquinaria, equipos electrónicos, componentes industriales, textiles y productos tecnológicos de uso cotidiano. Es decir, insumos que alimentan desde la industria automotriz de México hasta nuestros hogares. 

 

Las industrias de infraestructura, telecomunicaciones, transporte ferroviario, energía limpia y comercio electrónico han encontrado en América Latina un terreno fértil. Empresas como Huawei, BYD, Yutong o Alibaba no solo han exportado productos, sino que están invirtiendo, instalando plantas, generando empleo y transfiriendo tecnología. “No es una relación unidireccional, es una sinergia que apenas comienza”, explicó Gamboa.

 

Desafíos del comercio China-AL

Entre los principales desafíos que enfrentan las empresas latinoamericanas para el comercio con China, se encuentran las regulaciones sanitarias, certificaciones técnicas o requerimientos logísticos, además de los aranceles, y las diferencias culturales, que van desde los estilos de negociación hasta las expectativas comerciales. “Una reunión puede cerrarse en 15 minutos en América Latina… o en cinco meses en China. Entender esos tiempos, los códigos, ese ritmo, es esencial”, destacó la gerente de Comunicación de la Cámara.

 

“También hay que hablar de logística: no todos los países de la región cuentan con infraestructura portuaria o conectividad intermodal eficiente. Y cuando la distancia se combina con costos altos, muchas PyMEs simplemente se quedan fuera.

 

“Del lado chino, tampoco todo es sencillo. Las empresas enfrentan un mosaico normativo diverso y muchas veces fragmentado en América Latina. Además, la falta de información precisa o de socios locales confiables puede generar desconfianza o fricciones innecesarias” mencionó Gamboa.

 

A las PYMES,  corazón de nuestras economías, les resulta difícil iniciar el comercio internacional, y principalmente con China. En este sentido, mencionó la entrevistada que en la China Chamber Mexico, ponen su experiencia al servicio de las nuevas generaciones de emprendedores, fabricantes, y exportadores. Con amplio entendimiento en las reglas del juego en ambos lados del Pacífico. Además de asesorías técnicas, plataformas de e-commerce B2B, capacitación intercultural y apoyo en logística. “Porque a veces, lo que necesita una PyME no es sólo capital, sino claridad, acompañamiento y un socio que entienda el mapa completo”.

 

Para concluir, Gamboa puntualizó el papel facilitador de la Cámara, para que empresas mexicanas participen en las plataformas de expo-comerciales como la Canton Fair, China HomeLife, y recientemente, en la China International Supply Chain Expo (CISCE) 2025, en Beijing, la cual se centra en toda la cadena global de suministro, y en donde la Cámara coordina el Pabellón de México.

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