Contaminación marina por plásticos: ¿qué tan grave es el problema?

Entrevistamos a Thaís Vojvodic, gerente de la red de pactos de plásticos de la Fundación Ellen MacArthur, para abordar el tema de la contaminación plástica en entornos marinos.

 

Botella
Imagen: Pixabay

 

La vocera de la fundación remarca que hoy la situación es muy grave: “si no actuamos para cambiar la forma en que manejamos el plástico, el volumen anual de plástico que entra en el océano casi se triplicará para 2040. Esto significa que pasará de 11 millones de toneladas al año (cantidad que se contemplaba en 2016) a 29 millones de toneladas al año en 2040. Con eso, la acumulación de plástico en el océano puede cuadruplicarse, llegando a 600 millones de toneladas. Esta previsión se hizo el año pasado y está alineada con nuestro análisis de 2016 que indicó que para 2050 podría haber más plástico que peces en el océano”

 

Entre los daños que sufren los entornos marinos por la contaminación plástica podemos clasificar toda clase de impactos negativos: “los residuos afectan a los organismos vivos, especialmente a través de la ingestión de macro y micro plásticos y pueden tener consecuencias graves para los recursos biológicos y para las comunidades que dependen de ellos. Los plásticos a menudo contienen una mezcla compleja de sustancias químicas, algunas de las cuales plantean preocupaciones sobre los posibles efectos adversos para la salud humana y el medio ambiente.

 

“Si bien la evidencia científica sobre las implicaciones exactas no siempre es concluyente, especialmente debido a la dificultad de evaluar la exposición compleja a largo plazo y los efectos compuestos, las indicaciones existentes son suficientes para justificar una acción acelerada”, compartió Thaís.

 

Los esfuerzos para combatir este problema

 

Existen diversas iniciativas a nivel nacional en todo el mundo para lidiar con este tipo de contaminación:

 

“Dentro de la red de Pacto de los Plásticos y del Compromiso Global por una Nueva Economía de los Plásticos, reunida por la Fundación Ellen MacArthur, Hay 13 países comprometidos con una visión en la que los plásticos nunca se conviertan en residuos o contaminación y que han establecido metas para lograrlo. Son ellos: Canadá, Chile, Francia, Kenia, Holanda, Polonia, Portugal,  Sudáfrica, el Reino Unido y los Estados Unidos, que desarrollaron un Pacto de los Plásticos, y Ruanda, Perú y Granada, que firmaron el Compromiso Global. También hay dos pactos regionales, ANZPAC, que reúne a Australia, Nueva Zelanda e Islas del Pacífico, y el Pacto Europeo.

 

“Para resolver este problema, necesitamos una solución integral de economía circular. Es decir, tenemos que eliminar los plásticos que son innecesarios y problemáticos para reducir la cantidad de plástico que entra en la economía. Para los plásticos que no podemos eliminar, necesitamos mantenerlos en circulación en la economía, es decir, siendo reutilizados, reciclados o compostados. Por último, también es necesario innovar para crear nuevos modelos de negocio, diseños de productos, materiales y sistemas de recolección que posibiliten esa economía circular para los plásticos.

 

“Estas tres estrategias: eliminar, circular e innovar, deben ser consideradas conjuntamente y suceder a una escala y velocidad sin precedentes para obtener resultados. Hasta la fecha, muchos esfuerzos para combatir la contaminación por plástico se han centrado en mejorar la gestión de residuos y la limpieza, mientras que otros solo se han centrado en prohibir algunos artículos de plástico. Sin embargo, estos esfuerzos no funcionarán de forma aislada. Reciclar no es suficiente para resolver el problema y prohibir algunos artículos tampoco lo es.

 

Todos podemos involucrarnos en la lucha

 

Sobre acciones adicionales al respecto de esta problemática, la especialista señaló: “las empresas del sector del plástico y del embalaje desempeñan un papel clave en la transformación del sistema hacia una economía circular para los plásticos. Pueden comprometerse a realizar cambios internos y establecer metas que conduzcan a la eliminación y circulación de plásticos y a la innovación hacia nuevos productos, materiales y modelos de negocio que pongan fin al desperdicio y a la fuga de plásticos.

 

“Además, las empresas también pueden participar en las discusiones políticas que conduzcan a cambios en escala, como la Coalición Empresarial por un Tratado Global de Plásticos, que reúne a empresas e instituciones financieras comprometidas a apoyar el desarrollo de un tratado de las Naciones Unidas jurídicamente vinculante, ambicioso y eficiente para poner fin a la contaminación por plásticos.

 

“La Fundación Ellen MacArthur actúa para acelerar la transición a una economía circular para los plásticos en varios frentes. En 2018, lanzamos el Compromiso Global para una Nueva Economía de los Plásticos y la Red de Pactos del Plástico para movilizar empresas y gobiernos a asumir compromisos y definir metas claras de acción hacia una economía circular de los plásticos. Juntas, estas iniciativas suman más de mil organizaciones comprometidas con una visión común de economía en la que los plásticos nunca se convierten en residuos o contaminación.

 

“También creemos que solo los compromisos voluntarios no son suficientes para alcanzar la escala necesaria de mitigación de este problema. Por ello, abogamos por el desarrollo de políticas públicas ambiciosas y también por la adopción de un tratado global de la ONU jurídicamente vinculante para resolver la contaminación por plástico. Junto con WWF, hemos reunido a más de 80 empresas e instituciones financieras en la Coalición Empresarial que defiende una misma visión para ese documento. El tratado debe definir las acciones obligatorias y voluntarias que los países deberán comprometerse a aplicar para combatir la contaminación por plástico.

 

Finalmente la ambientalista concluyó: “para ayudar a desarrollar soluciones circulares e involucrar a más empresas y gobiernos en esta transición, la Fundación también produce contenido sobre el tema. Publicamos informes que muestran la ventaja y la oportunidad económica de la transición a un modelo circular, así como estudios de casos inspiradores y guías de diseño que ayudan a las empresas a innovar y repensar sus productos y modelos de negocio. Algunos ejemplos son la Guía de Innovación en el Origen y Envases Flexibles, con estrategias generales y acciones urgentes que deben tomarse para lidiar con este tipo de plástico.

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