Frases inspiradoras en LinkedIn: No lo sé, Rick…

*Experto en gestión de la reputación y comunicación estratégica I Opinión Impulso Empresas2030
Imagina que escribes un texto. Lo publicas y alguien lo encuentra extremadamente bueno. Tan bueno que decide tomar un fragmento de ese artículo y publicarlo, solo que con su nombre. Este alguien podría decir, mi intención es darle más visibilidad a algo que es tremendamente bueno e inspirador. Pero ¿sin darle el crédito al autor original?
La anterior es una situación ficticia, o al menos no se refiere a un caso en particular. Es solo un ejemplo. Y lo traigo a colación porque hace unos días me topé con dos publicaciones en LinkedIn, acompañadas de sendas imágenes con una frase casi idéntica, pero que cada uno de los autores se adjudica como propia. No es la primera vez que me pasa.
Quienes usamos esta red social estamos constantemente expuestos a mensajes que, al menos en su intención, buscan inspirar a los demás. Nos invitan a reflexionar sobre las cualidades de un buen líder, sobre lo que debería ser un buen lugar de trabajo, sobre habilidades que debemos desarrollar si aspiramos a tener éxito en el mundo laboral.

Salvo los casos donde se da el crédito correspondiente, la realidad es que nadie sabe y nadie se pregunta de dónde salieron estas frases que son como eslóganes del marketing corporativo. Y les damos like o las compartimos a diestra y siniestra porque nos parecen interesantes o porque queremos quedar bien con quien hace el posteo.
Lo cierto es que hay una creciente efervescencia entre los usuarios de LinkedIn que son o aspiran a ser coaches, asesores de “miembros de la C-Suite”, influencers de la burbuja empresarial, por usar este tipo de frases de diferentes maneras: en una slide, en un carrusel, en una foto donde aparece el presunto autor sosteniendo un pizarrón con su aportación de sabiduría, en un video. (Reconozco que, salvo el pizarrón, he usado todos esos formatos).

Para quienes usamos LinkedIn con frecuencia, los misterios del algoritmo nos arrojan recurrentemente las publicaciones de los mismos perfiles conocidos o a los que seguramente hemos dado like o a quienes hemos hecho algún comentario. Así tengas miles de seguidores, esto te limita a un puñado de perfiles y te aleja del resto del mundo, pero, con ojo curioso, también te permite identificar tendencias, enfoques, consistencia (o incongruencia) en las publicaciones de los perfiles que Don Algoritmo arroja a tu plato del feed. Ahí es cuando más fácilmente te das cuenta de esta práctica tan común del “reciclaje del copy in”.
Mucho se habla en esa red social sobre liderazgo, sobre responsabilidad social, sobre ética empresarial, de creatividad. Y por muy positivo que sea el mensaje, por muy inspirador que sea el consejo, no está bien atribuirse, flagrante o disimuladamente, las ideas de otros. Si esa persona, con miles, decenas de miles de followers está dispuesta a no dar el crédito de una frase a quien corresponde con tal de ser popular y ganarse otros tantos seguidores, imagina lo que puede hacer como consejero, consultor, gurú, asesor de tomadores de decisiones.
Si estuvieras en busca de un consultor o un asesor en temas de comunicación, ¿contratarías a un profesional o una compañía con estas prácticas? Como proveedor de estos servicios, ¿crees que esta conducta es inofensiva y se justifica para conseguir popularidad y clientes potenciales? La reputación se construye todos los días a partir de la repetición de grandes y pequeñas acciones, no únicamente de frases en un carrusel, o de boletines de prensa.
Al final, no importa de qué lado de la ecuación profesional te encuentres, si quieres tener una buena reputación, te sugiero seguir tres sencillas reglas, que yo llamo Las 3 Cs:
Congruencia: sé fiel a tu propósito, a tus valores; si dices que eres una cosa, demuéstralo con acciones.
Consistencia: sé congruente todo el tiempo, particularmente cuando la situación se pone difícil.
Comunicación: interactuamos, competimos y somos evaluados todo el tiempo. No basta con hacer las cosas bien, todo el tiempo, es fundamental que los demás lo sepan.
En el ambiente laboral abundan los mensajes sobre ser ambiciosos, que nos invitan a empujar nuestros límites, buscar siempre la excelencia, ser creativos, retarnos. Yo te invito a ejercitar tu creatividad, a replicar menos a otros y reflexionar más sobre ti mismo y lo que verdaderamente piensas sobre temas profesionales y cómo inciden en nosotros como personas, y viceversa. Tal vez así podemos empezar a desarrollar una voz propia que no solo enriquezca la conversación y aporte variedad al debate, sino que abone a la construcción de nuestra propia reputación.
*Experto en gestión de la reputación y comunicación estratégica.