COVID-19, emprendedores y PyMEs: ¿despiértame cuando pase el temblor?
Por: Héctor E. Chagoya Cortés*
La pandemia de la enfermedad COVID-19 ha provocado un golpe a la economía mundial más allá de lo esperado. En pocos días, las industrias de entretenimiento y servicios turísticos se vieron enormemente afectadas por las restricciones drásticas impuestas a la movilidad de las personas, lo cual dio lugar a la cancelación y suspensión de eventos, viajes de negocios y planes vacacionales de primavera.
A esta caída económica se sumaron la industria restaurantera y de venta al menudeo en puntos como plazas o locales comerciales y, en poco tiempo, estarán sintiendo los efectos la industria manufacturera y de transformación. Asimismo, la parálisis de actividades “no esenciales” del gobierno también ha impactado en la economía de miles de proveedores de servicios de consultoría legal y de trámites.
Esto refleja el estado de preocupación e incertidumbre que están viviendo no sólo los empresarios sino todos aquellos que se verán afectados por las circunstancias. Por eso se vuelve indispensable recordar el significado de la palabra emprender: “Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro.”
Y, es que lograr emprender un proyecto de negocio refleja el enorme valor, la constante dedicación, la voluntad, pero, sobre todo, la genialidad de concretar una idea que hará crecer una compañía. Sin embargo, en estos momentos, emprender significa simplemente mantener lo ya emprendido.
De acuerdo con datos del INEGI, en México hay 4.5 millones de empresas, alrededor del 95% de las establecidas en el país, que están conformadas por no más de diez personas y en ellas trabajan en promedio diez millones de mexicanos. Por su parte, las pequeñas y medianas empresas emplean a otros ocho millones de personas, es decir, en total casi un tercio de la población económicamente activa.
Por esta razón, y en conmemoración del Día Mundial del Emprendimiento (celebrado el 16 de abril), merece la pena reflexionar sobre la urgencia e importancia de adecuar o reestructurar los modelos de negocio y planes de acción de nuestras empresas que, al cierre del primer trimestre de 2020, seguramente quedaron sin utilidad alguna.
Nadie está exento, la crisis ha impactado a empresas y negocios de todos tipos y tamaños, dejando expuestas sus peores vulnerabilidades y afectando a toda la cadena de valor que depende directa o indirectamente de esas actividades consideradas “no esenciales” para atender la emergencia.
En estas circunstancias, y ante la incertidumbre del tiempo que mantendrán las medidas restrictivas a la movilidad y el comercio, estos son algunos tips que podemos seguir para afrontar la situación con el objetivo de disminuir el impacto de las consecuencias:
1. Analiza tus gastos detalladamente.
Es el momento de revisar si realmente “necesitas” algunos productos o servicios en tu negocio, y de analizar si tienes los proveedores que te hacen competitivo. Identifica los insumos o servicios que representan tus mayores gastos y negocia mejores condiciones de pago o de precio.
2. Comunícate abierta y honestamente con clientes o proveedores.
Clientes y proveedores dependen uno del otro, y este es el mejor momento para apoyarse mutuamente. Usar el “poder del cliente” con los proveedores no es siempre la estrategia óptima porque cuando la emergencia pase, necesitarás amigos y, abandonarlos en los peores momentos, sería difícil de perdonar. Identifica tus proveedores que requieren mayor apoyo y a tus clientes menos afectados, y negocia condiciones que les permitan operar transitoriamente con lo mínimo requerido mientras pasa esta situación.
3. Estima tus ventas de nuevo, según tus circunstancias específicas.
Debes conocer muy bien tus ciclos de venta y entender de manera realista cuánto vas a vender en función del tipo de negocio que tengas: la misma estrategia no funciona para todos. Si eres beneficiado por la contingencia al estar en un sector esencial para la emergencia, considera que las ventas no se mantendrán al mismo nivel. Si, por el contrario, estás en un sector muy afectado, debes analizar cuánto perderás de tu venta durante la contingencia o si podrás recuperar algo cuando termine. Considera que habrá cambios en los hábitos de los consumidores y toma medidas en los inventarios, compras y gastos.
4. Comunícate y motiva a tu equipo de trabajo.
Recuerda que todos a nivel personal estamos expuestos, preocupados y con niveles altos de estrés y ansiedad por la situación. Comunica a tu equipo tus planes y la importancia que tienen para su ejecución. Identifica quienes pueden trabajar desde casa y bríndales herramientas para ello. Implementa planes de continuidad permanentes que te permitan operar ante una contingencia larga o para enfrentar a futuro otras de igual magnitud. Evita al máximo recortes y afectaciones drásticas mientras no sean inevitables. Invítalos a apoyarse mutuamente, y si es necesario financieramente, busca la solidaridad entre tu equipo para que ellos y sus familias salgan adelante en estos tiempos y planea la forma de compensarlos posteriormente.
5. Estricto control del efectivo.
Más que nunca, el flujo de efectivo es el único oxígeno que te permitirá vivir hasta que pase la contingencia. No lo gastes en compras de pánico o en insumos o servicios innecesarios y aprovecha los planes de diferimiento de pagos que muchas instituciones financieras están ofreciendo a sus clientes.
Pero ten mucho cuidado, recuerda que tus proyecciones de ventas futuras deben respaldar las medidas que tomes: debes asegurarte de contar con los recursos para cumplir con dichos compromisos una vez la contingencia pase, o de lo contrario, podrías poner en riesgo todo tu negocio.
6. Invierte en tecnología y en tus activos intangibles.
Analiza tus ventajas competitivas y principales debilidades. Si tienes la suerte de contar con algo de efectivo o inversión, es posible que puedas iniciar proyectos de desarrollo de software o hacer uso de otras herramientas más favorables a la situación. Utiliza el talento y tiempo del personal que no pueda operar para desarrollar nuevos productos o servicios y protégelos, esto te hará más competitivo cuando todo esto pase y quizás te lleve a mejorar tu posición de ventas durante la misma contingencia. Sobre todo, no caigas en el olvido: mantén tu marca en la mente de tus clientes y rediseña tus estrategias de marketing para que estén listas en cuanto las necesites.
7. Opera en el presente sin perder de vista el futuro:
Este punto resume casi todas las recomendaciones hechas hasta ahora. Recuerda que la contingencia no será para siempre, pero las decisiones que tomes ahora podrán afectar de forma permanente a tu negocio: la manera en cómo trataste a tus clientes, proveedores o empleados, el dinero que tendrás disponible, tu administración de inventario o herramientas, así como las competencias adquiridas para operar durante la contingencia. Todo será parte de cómo volverás a trabajar en unos meses.
El Día Mundial del Emprendimiento es el momento perfecto para recordar los esfuerzos que requirió la creación de tu negocio y, sobre todo, que no puedes quedarte con los brazos cruzados, a esperar que pase la tormenta y lamentándote. Si no estás tomando medidas, quizás tus competidores sí: es momento de actuar.
*Héctor E. Chagoya es socio de BC&B, director de Patentes y Tecnología