El Storymaking es lo de hoy
Por Adriana Guzmán, directora ejecutiva en Brand PR Digital
A todos nos gusta que nos cuenten historias. Si bien hoy en día existen muchísimos profesionales que usan el arte de contar historias para acercar una marca a los consumidores, el tiempo de explicar lo que otros hacen ha llegado a su fin. El Story Maker, o creador de historias, es lo de hoy, es aquella persona que construye la realidad y que nos inspira para crear nuestro propio relato.
Los profesionales del marketing usamos el storytelling (o el arte de contar historias) con un determinado fin, como informar, motivar, vender o conocer opiniones. La técnica es muy sencilla: Contando una historia, se consigue retener la atención del consumidor y este recordará mejor el mensaje.
El futuro del storytelling ya no consiste en explicar una historia. Consiste en que la marca facilite y permita que las personas se conviertan en creadoras y compartan sus propias historias. En pocas palabras: El Storytelling es el paradigma del viejo marketing, el marketing unidireccional que tantos profesionales estamos intentando dejar atrás. El Storymaking, por el contrario, es mucho más gratificante y es exactamente lo que le interesa a las personas a quienes intentamos acercar nuestra marca.
Un buen ejemplo de una campaña Storymaking es la que llevó a cabo hace un tiempo Coca Cola cuando empezó a imprimir nombres propios en las etiquetas y latas (Antonio, Raquel, Ana, Roberto…) para que compartiéramos nuestra bebida con un amigo o un familiar. El objetivo era que cada persona creara su propia historia al compartir una coca cola con alguien, y los resultados no se hicieron esperar, todo mundo empezo a mandar de la lata con su con su nombre. En el fondo lo que hizo la marca fue dejar una huella en nuestra memoria, a través de una experiencia que nosotros mismos podíamos crear. Aquí cinco recomendaciones para crear tu propia historia.
Crea contenido emocionante y motivador, huye de datos, características técnicas, información. Las historias se escuchan con el corazón. Y debe provocar a la acción. Quien la escuche, se sentirá inspirado a hacer, pensar, decir, sentir…
Elije una buena trama, toda historia tiene un desarrollo. Ni demasiado complejo ni previsible. La Historia debe tener un inicio-climax-final. Más o menos explícito, quien la escucha identificará una intencionalidad.
Utiliza un buen canal: sea contada verbalmente, visualmente, a través de fotos o video, en redes, la historia debe enganchar desde el inicio, y mantener el interés hasta el final. Procura que sea fácil de recordar y repetir. Y no temas hacer alusión al producto o marca, pero de forma sutil y elegante.
Identifica al consumidor final: diseña tu historia para un público concreto, tu público para este producto o servicio. Todo el mundo la puede escuchar, pero tú sabes que te diriges a un colectivo, a un perfil, a un estilo de personas concreto.
Deja un final sin final, procura que tu historia invite a algo más, deje con expectación. Si es preciso, promete algo, insinúa más.
En general el storymaker tiene muchos beneficios como el que genera confianza. Las historias cercanas, las del día a día, pueden crear un sentimiento muy importante en los espectadores: la identificación. Si te identificas con la historia que te cuentan, con las acciones o sentimientos que en ella se desarrollan, crearás un vínculo muy importante y, en consecuencia, confianza en la marca.
Potencia la memoria. Es más fácil acordarse de una historia, de unos personajes, que de algo abstracto o falto de mensaje. También fomenta la creatividad y puede convertir lo viejo en nuevo. Lo cierto es que todo está inventado, y los temas siempre son los mismos. Pero darles una vuelta de tuerca es lo que puedo renovar a una marca. El storymaker es una gran arma para ello, porque puede convertir un mensaje dicho mil veces en una historia emocionante y bien construida.