Promover la creatividad para innovar

Por Alicia Hernández Leos, Académica de la Facultad de Empresariales de la Universidad Panamericana

“El deseo de crear es uno de los anhelos más profundos del alma humana”. El ser humano es creativo por naturaleza y la capacidad de innovar se encuentra inmersa en su ADN. Sin embargo, si esta creatividad es intrínseca al ser, ¿por qué innovar resulta ser en muchas ocasiones una tarea complicada?

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Imagen: Pexel

 

A lo largo de la historia, la innovación ha resultado ser un factor determinante en el mundo corporativo para enfrentar los diversos retos que enfrentan las empresas día a día. Sobre todo, en la actualidad donde los cambios pueden darse con una rapidez acelerada. Como individuo o empresa, necesitamos evolucionar e innovar constantemente a tal grado que la importancia de la innovación radica en la supervivencia.

¿Por qué nos es tan complicado innovar y cómo lo podemos conseguir?

  1. Date permiso de ser curioso, experimentar y equivocarte.

Podríamos dar varias razones de esta dificultad, la primera es que conforme vamos creciendo dejamos de ser curiosos por voluntad. Empezamos a adquirir programas mentales desde la niñez que nos alientan a obedecer y hacer las cosas según las reglas, reprimiendo aquellas conductas que alientan experimentar, equivocarnos, caernos. ¿Cuántas veces no fuimos regañados por no seguir al pie de la letra las indicaciones? o quizás por explorar un poco más allá de la zona de confort y habernos equivocado.

Para quitar este miedo inconsciente a realizar las cosas de manera diferentes, primero debemos reconcerlo y permitirnos liberar esa culpa para volver al camino de la experimentación. Darnos permiso de ser juguetones o equivocarnos es elemental para trabajar desde un espacio mental creativo.

  1. Pensar estando consciente, cuesta mucho trabajo y nos asusta.

Por el título de este inciso, la primera pregunta que podría surgir es ¿cómo que estando consciente? Déjame te explico:  El 95% del tiempo estamos en piloto automático, usamos 13% de nuestra capacidad cerebral el 95% del día. Muchos de los programas mentales de cómo hacer las cosas, conforme las vamos perfeccionando, se vuelven automáticas. Aquí un ejemplo: ¿recuerdas la primera vez que manejaste un automóvil por tu cuenta?, ¿recuerdas todo el esfuerzo físico y mental que conllevaba hacer esa tarea? Tenías que estar al pendiente de todo y lo más seguro es que cuando llegabas a tu destino, te sentías exhausto. Después de hacer el mismo recorrido y perfeccionarlo, se volvió automático, ¿cierto? Hoy muchas de las cosas que hacemos al subirnos al auto son tan automáticas que a veces olvidamos incluso que las hicimos.

Este mismo programa se suele repetir cuando buscamos respuestas creativas; el cerebro automáticamente busca la ruta más segura, la ya transitada y en lugar de innovar, se siente cómodo con hacer algo ya probado. A veces nuestras grandes ideas nos asustan e incomodan, nos dan miedo pues nos llevan a ese lugar no transitado donde el potencial de equivocarnos se vuelve más tangible. ¿Cómo podemos luchar contra esto?  Te sugiero que busques una idea tan poderosa que te INSPIRE. Cuando conectamos con una idea que realmente nos emociona estaremos más abiertos a superar estos miedos con perseverancia y nos llevará a buscar nuevas alternativas frente a las dificultades que puedan surgir.

  1. Elimina las barreras laborales y el estrés

En ocasiones pareciera la creatividad está peleada con las estrategias organizacionales. El miedo a la crítica, la urgencia, los cortos tiempos de entrega y normas rígidas hacen que el innovar se vuelva proceso extenuante. El estrés que estas situaciones generan en las personas las lleva a activar un estado mental de SUPERVIVENCIA. Por si no lo sabías, el estrés es el enemigo número uno de la creatividad ya que hace que el cerebro reptil, el más primitivo, se active y en lo único que nos podremos enfocar es en sobrevivir.

¿De dónde viene esto? Es un condicionamiento primitivo, imaginemos que estamos en la prehistoria y un gigantesco tigre dientes de sable nos persigue. El cerebro reptil usará toda la energía disponible para huir y pensar en la idea más factible y rápida para salvar nuestras vidas. Cuando estamos en supervivencia, la energía para crear es muy limitada, buscaremos a toda costa la ruta más viable, más corta y a prueba de fallas que tengamos a la mano. ¿Nunca te ha pasado que estas buscando una idea realmente innovadora y al tomarte un descanso, recostarte, o quizás meterte a bañar, las ideas empiezan a fluir siendo más frescas y novedosas? Esto es solo una prueba de que al salir de este condicionamiento que el estrés nos provoca, conectamos con la creatividad intrínseca del ser.

Tenemos que trabajar en crear un ambiente laboral que promueva apertura de pensamiento, libertad de expresión y tiempos flexibles para evitar mermar la creatividad. Los equipos de trabajo deben evitar juicios y actitudes negativas, trabajar en su tolerancia al fracaso y sobre todo, cuando se encuentren ante un nuevo desafío, abordar el reto con una perspectiva enfocada al logro evitando el estrés que conlleva el entregable de aquel proyecto. La innovación es importante para las empresas, pero de la misma forma será importante que para que la creatividad exista en los equipos de trabajo, se pongan a disposición las herramientas y tiempos para que el ser humano pueda hacer lo que mejor hace: C R E A R.

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