¿La tecnología puede ayudar a hacer el mundo más humano?
Eliana Kaplan, directora General de Cuentas de Wunderman Thompson Argentina
Hoy, la tecnología y la digitalización nos brindan herramientas, invitándonos a desafiarnos constantemente, a explorar distintas plataformas como una clara oportunidad para facilitarnos la vida. De esta forma, se convierten así en las verdaderas impulsoras de cualquier transformación.
Tanto la inteligencia artificial, como la realidad virtual, realidad aumentada, videos inmersivos 360º, Deep Learning Machine Learning, Deep Nostalgia, NFT, entre muchos, siguen avanzando. La publicación de GPT3, la inteligencia artificial más potente creada hasta la fecha, donde esencialmente absorbió todo el conocimiento humano más relevante que hemos publicado en la red hasta el momento, siendo capaz de aprender tareas intelectuales como lo hacen los humanos. Spatial Web, que conectará todas las fibras digitales y físicas, creando una realidad unificada; donde nuestras vidas digitales y físicas se volverán una. En base a esto, la discusión que surge tiene que ver con la exploración de cómo se articulan estos desarrollos para potenciar la experiencia humana y no de reemplazarla. Se está pensando en estas tecnologías, como una forma de ayudar a los humanos a desempeñarse mejor en sus tareas y ser más eficientes, no de reemplazarlos. Aplicaciones en el territorio de la salud, la educación, podrían ser contribuciones importantes. Las primeras interacciones que estamos viendo son los asistentes de voz, pero todavía en un estadio de conexión entre usuario y máquina, muy coloquial, donde se buscará en un futuro mejorar la asistencia de estos desarrollos para que puedan desarrollar una respuesta más empática habiendo detectado tu estado de ánimo.
Marvin Minsky, considerado uno de los padres de la inteligencia artificial, creía que la inteligencia artificial consistía en crear una máquina que realmente pudiera replicar la inteligencia humana. Y, acá lo que uno se pregunta es qué pasa con los sentimientos, las emociones, la capacidad de sorprendernos, la curiosidad y las cualidades, aspectos meramente humanos. Si pensamos en un posible mundo regido por AI, Spatial Web, Deep Learning, ¿qué rol tendremos, como seres humanos, como marcas y como empresas?
Pensamos en la transformación digital como un MUST en nuestras compañías para poder funcionar, porque el hoy nos invita y en parte nos obliga a mirar el futuro, la evolución y acompañarlo. Pero casi sin pensarlo entonces decimos que la misma debe ser tecnológica, que tenemos que cambiar plataformas, sistemas….pero si seguimos profundizando, la transformación, ante todo, debe ser cultural y debe ser humana. Si nosotros no acompañamos a estas transformaciones más duras, no tendríamos un pleno entendimiento del contexto.
En definitiva, buscamos poder construir relaciones más humanas. ¿Y si pensamos en cómo ser más eficientes para no ser reemplazados? Lo que este contexto nos invita es en pensar a la tecnología como un desafío en sí mismo y como nos desafía en cada avance de forma continua.
¿Cuál es el desafío?
Repensar nuestras estructuras, enfocándonos en las personas, en nuestros skills más blandos, en esta flexibilidad y resiliencia que hoy tenemos en esta nueva realidad que nos convoca. Se busca desafiar constantemente a través de la experiencia. Hoy las empresas compiten contra la última mejor experiencia que tuvo una persona con cualquier otra marca.
Las marcas se definen por las experiencias que dan, por cómo hacen que la vida de las personas sea mejor, más fácil, más ágil, y más simple.
Para concluir, les comparto esta cita de Antonio Damasio, neurocientífico, de su libro “El error de Descartes”: No somos máquinas pensantes que sienten. Somos máquinas con sentimientos que piensan. Pensando, cuestionando, construiremos un mejor futuro.