4 prácticas de seguridad recomendadas para evitar el pirateo en aplicaciones móviles
En la actualidad, tanto consumidores como empleados dependen y confían en las aplicaciones móviles para diversas actividades diarias, generando un impacto económico significativo a nivel global. Sin embargo, este uso masivo también ha dado lugar a preocupaciones sobre la seguridad de los datos personales y corporativos. Según el informe de IBM Cost of a Data Breach 2023, las violaciones de datos tienen un costo promedio de 4.45 millones de dólares, un aumento del 15% en tres años. Además, el informe de Appdome sobre las expectativas de seguridad en las aplicaciones móviles indica que el 41.8% de los consumidores han sido víctimas o conocen a alguien que ha sido víctima de un ciberataque.
Para abordar estas preocupaciones, es crucial que las organizaciones prioricen la seguridad de las aplicaciones móviles. Appdome, una plataforma integral para la protección de aplicaciones móviles, destaca cuatro requisitos clave para garantizar una mayor protección contra compromisos de seguridad:
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Integridad del sistema operativo: Es fundamental asegurar la integridad del sistema operativo móvil para prevenir ataques como el Jailbreak en iOS o el Root en Android, que comprometen la seguridad del dispositivo y abren puertas a los ciberdelincuentes.
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Cifrado de datos sensibles: Todas las organizaciones deben implementar un cifrado robusto para proteger datos sensibles como claves API, credenciales de usuario y transacciones, tanto en reposo como en tránsito.
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Detección y prevención de bots móviles: Es esencial detectar y bloquear bots maliciosos que puedan intentar acceder a la aplicación o a la infraestructura, evitando así ataques fraudulentos y robos de información confidencial.
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Protección del código base de la aplicación: Para evitar manipulaciones y ataques de ingeniería inversa, se deben implementar medidas de protección que funcionen en toda la aplicación móvil, mitigando así el riesgo de fallos de seguridad y robos de propiedad intelectual.
En resumen, proteger a los usuarios de las aplicaciones móviles es una prioridad para garantizar la seguridad de los datos y fomentar la confianza del consumidor. Al cumplir con estos requisitos de seguridad, las organizaciones pueden mitigar los riesgos y fortalecer su postura frente a posibles amenazas cibernéticas.