La “nueva normalidad” viene con entregas a domicilio

 

 

Por Christophe Milhères City Manager de Lalamove en México.

 

El mes de junio marca un momento importante en la transición paulatina del semáforo rojo al naranja en diversas regiones del país, con rumbo hacia la realidad que estamos experimentando debido al paso del COVID-19.  Un porcentaje de la población ha comenzado a salir del confinamiento para retomar sus actividades laborales; sobre todo en comercios esenciales para la reactivación económica, y siguiendo los lineamientos de las instituciones gubernamentales. Con esto, cientos de PyMES han vuelto a abrir sus establecimientos, aún cuando el pico de contagios se mantiene en niveles altos.

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Por ello, y ante la desconfianza e inseguridad de las personas al momento de volver a frecuentar espacios abiertos, un modelo comercial tomó fuerza para levantarse y establecerse con firmeza durante el confinamiento y transformarse en una solución potenciadora para la operación de cualquier negocio: el servicio de entregas.

 

Las tendencias actuales de consumo, apoyadas por tecnología, buscan experiencias de cliente distintas, ponderando la eficiencia, la seguridad y la rapidez por encima de otros factores. Estos requerimientos, sumado al contexto sanitario de la actualidad, han acelerado la era del comercio electrónico, proyectando un crecimiento del 60% para México al cierre del año, de acuerdo con la consultora IDC. Este porcentaje representaría el doble de lo obtenido entre 2018 y 2019, de acuerdo con la Asociación Mexicana de Internet.

 

Esta suma de factores abre el espectro del comercio en todos sus pasos, desde hacer un pedido, hasta la forma de recibirlo. En este último punto también se ha dado una pequeña revolución gracias a los avances en la industria de la logística de última milla que, al igual que el comercio electrónico, también se ha beneficiado por la tecnología y las medidas de salubridad que han adoptado para tener un contacto mínimo entre personas, convirtiéndose en actividades complementarias para empresas que requerirán integrarlas de manera permanente en sus estructuras, o arriesgarse a desaparecer con los modelos tradicionales.

 

Como muestra de dicho crecimiento, empresas tecnológicas enfocadas a logística, como es Lalamove, han aumentado sus operaciones hasta en 330% en los últimos meses, debido a la creciente demanda en los servicios de entregas inmediatas.

 

Entre los puntos por los que podemos decir que los procesos digitales de entregas por aplicación serán preponderantes en el ciclo de una transacción electrónica, hay que destacar los siguientes:

 

  • Hoy, casi cualquier producto es transportable. La flexibilidad de esta industria es una de sus principales fortalezas. No hay objeto, grande o pequeño, que no pueda beneficiarse de la logística de última milla. Pongámoslo así: En un día, alguien recibe su supermercado y, al día siguiente, puede recibir un sistema de gimnasio en casa, todo esto sin necesidad de moverse a una tienda.

 

  • Favorable con la nueva reapertura. Muchos comercios abrirán sus puertas con una capacidad muy reducida y, debido a las medidas de salubridad, el espacio que antes se utilizaba para recibir clientes, hoy no tendrá esa función, disminuyendo el cupo de personas e impactando en las ganancias del lugar; sin embargo, será posible recuperar esas pérdidas gracias a las entregas en línea, ya que permitirá el flujo de  ventas aunque el establecimiento físico se encuentre en su límite.

 

  • Experiencia redonda para el cliente. Con el boom de las entregas por aplicación se acomoda la pieza restante en el rompecabezas del comercio en línea. Así como existe una gran variedad de canales para comprar y vender, la irrupción de la tecnología móvil ha incorporado las entregas inmediatas, convirtiendo un teléfono o una tablet en un dispositivo de búsqueda, pago y rastreo de un producto, completando el ciclo de la experiencia de cliente: comodidad, inmediatez, seguridad y reducción en costos de operación, en caso de los negocios del tipo B2B.

 

  • Nueva fuente de empleo. La crisis económica y laboral que ha dejado el COVID-19 es un asunto de importancia mundial, y en México ha tenido un impacto mayor. En tiempos donde se necesita reinsertar a la sociedad en el ecosistema del trabajo, las plataformas digitales de entregas inmediatas han mostrado ser una buena vía para este objetivo, siguiendo una línea de tener mayor demanda del servicio (la cual se ha triplicado e incluso cuadruplicado en algunos casos), la cual causa una expansión en las operaciones y, por ende, un aumento en la plantilla de conductores asociados y personal interno.

 

  • En línea con la salud de las personas. Al ser un servicio personalizado, es posible que el cliente establezca lineamientos de entrega, con mínimo o nulo contacto, y asegurándose de que la persona que entrega cumpla con los estándares de salud y limpieza requeridos durante esta época; determinando, además, comunicación y rastreo constante y a tiempo real, garantizando la efectividad en el proceso logístico y una mayor prevención sanitaria.

 

La “nueva normalidad” llega con incertidumbre mezclada con necesidad, es por ello que, a pesar de la reapertura gradual a las actividades que requieren el contacto físico, la digitalización es clave para una recuperación óptima de la economía. Además, hay que recordar que, a la fecha, nadie está exento ni libre de coronavirus, por lo que el comercio a distancia y la industria de la logística ya son esenciales y el impulso que la pandemia les ha dado les ayudará a quedarse con nosotros durante un muy buen tiempo.   

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