Entender a la esquizofrenia, reto para la inclusión de los pacientes

En México, se calcula que más de 1 millón de personas viven con esquizofrenia, siendo la edad de aparición es entre los 15-25 años en los hombres y entre 20-30 años en las mujeres. No es común la esquizofrenia en menores de 12 años ni en mayores de 40 años. La incidencia es mayor en varones 1.2 a 1.4 por cada mujer, y se considera que es la causa del 40% de las hospitalizaciones psiquiátricas.


Entender a la esquizofrenia, reto para la inclusión de los pacientes

En el marco del Día Mundial de la Esquizofrenia el laboratorio danés Lundbeck, reunió al Dr. Ricardo Saracco, médico psiquiatra y Subdirector de Investigaciones Clínicas en el Instituto Nacional de Psiquiatría Dr. Ramón de la Fuente Muñiz (INPRFM), para hablar del tema y dijo: “la esquizofrenia es una alteración que persiste  y que para poder llegar al diagnóstico, los síntomas  deben estar presentes por lo menos  durante  6 meses e incluye por lo menos 1 mes de síntomas de la fase activa (2 o más ideas delirantes, alucinaciones, lenguaje desorganizado, comportamiento gravemente desorganizado o catatónico y síntomas negativos).”

Agregó que “las personas que viven con esta condición pueden pensar que otras personas están leyendo sus mentes, controlando sus pensamientos o intentando hacerles daño. Estos comportamientos pueden asustarlos y hacer que se aíslen de los demás o se pongan sumamente agitados. Las personas con esquizofrenia a veces hablan sobre cosas extrañas o inusuales.”

Los síntomas que se presentan durante los episodios de psicosis se conocen como “síntomas positivos” e incluyen trastornos del pensamiento, delirios (creencias falsas, a menudo con paranoia) y alucinaciones - voces auditivas principalmente. Estos síntomas suelen ir acompañados de ansiedad, depresión y exceso de actividad - moverse constantemente y ponerse agitado.

En contraste, los episodios de retiro consisten en “síntomas negativos”. Estos incluyen emociones reducidas; menos fluidez del habla; mala capacidad para planificar, iniciar y/o persistir en actividades, y sentimientos reducidos de placer o interés. Los síntomas negativos suelen ser responsables de problemas con la interacción social y las actividades diarias.

De acuerdo con el especialista, vivir con esquizofrenia representa un reto para los pacientes ya que “sufren y tienen baja calidad de vida, pierden independencia y capacidad para trabajar y tienen pocas oportunidades de integración social”.

 

Pero para los familiares también representa un gran desafío ya que “su productividad económica disminuye, sufren y sienten culpa y tienen que aceptar una diferente posición social.”

Las personas que padecen esquizofrenia necesitan recibir tratamiento durante toda la vida.  Normalmente, el paciente requiere de una combinación de tratamientos farmacológicos, en este caso antipsicóticos, y también psicoterapia.

El abordaje médico de la esquizofrenia en la actualidad requiere de muchos factores ente ellos los tratamientos psicosociales, los cuales “suelen ser más útiles después de que los pacientes encuentran un medicamento que funciona. Asimismo, se debe asesorar a los familiares, e incluir por supuesto una terapia cognitivo-conductual, además de rehabilitación y consejería de grupo con otros pacientes con esquizofrenia, entre otros puntos”, mencionó Saracco.

Agregó que el paciente siempre debe estar en primer lugar y se debe respetar su integridad, además de que los familiares deben siempre hacer equipo con él y nunca minorizar ninguna de las necesidades que se refieran para poder continuar con el avance.

Por su parte, la Dra. Nuria Marcos, Directora Médica de Lundbeck México, Latinoamérica y los Países Andinos comentó que “en México y en todo el mundo, las enfermedades psiquiátricas y neurológicas son un problema que ha venido en aumento. Actualmente, más de 700 millones de personas están afectadas por trastornos psiquiátricos y neurológicos en todo el mundo, lo que equivale a 13% de las enfermedades a nivel global.”[3]

Es por ello que “a través de la mejora de los tratamientos médicos y atención constante a las necesidades no cubiertas de los pacientes, queremos abordar el problema y abogar por una mayor conciencia de la inmensa carga económica y social que los trastornos psiquiátricos y neurológicos representan,” concluyó la Dra. Marcos.

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