El movimiento “no-code”: liberar el desarrollador que todos llevamos dentro
Por Marta Clark, V-P de Latinoamérica en Alteryx
La programación y la codificación han pasado de ser una actividad exclusiva de los ‘geeks’, como lo era en los años 80, a ser trabajos de alta demanda y salario que allanan el camino hacia la era digital, evolucionado a lo largo de los años y transformándose en un motor empresarial fundamental. Al igual que la tecnología provocó un auge de las competencias informáticas de élite con tecnologías complejas, también ha ido abriendo el campo con otras simplificadas.
A pesar de que muchas de las principales empresas del mundo reconocen que la transformación digital es clave para el éxito en la economía actual, las organizaciones se ven agobiadas por herramientas y procesos obsoletos e incapaces de mejorar operaciones y resultados empresariales. Siguen dependiendo por completo de tecnologías del pasado, que requieren mucho código, con todas las limitaciones que esto conlleva. Para estas empresas, ofrecer información a la velocidad del negocio es cada vez más difícil.
Impulsadas por la demanda competitiva de la automatización y de nuevas aplicaciones vitales para los aspectos del proceso de transformación, las empresas que utilizan el software tradicional simplemente no pueden seguir el ritmo. La demanda de conocimientos de codificación y programación supera con creces las necesidades de estos conocimientos para compensar estos sistemas obsoletos.
La codificación en sí misma seguirá siendo insustituible. La capacidad de comunicarse con la tecnología en un lenguaje de codificación formal elegido para ofrecer resultados mucho más allá de cualquier interfaz gráfica de usuario (GUI) de consumo siempre será un conjunto de habilidades muy demandado. Sin embargo, ahora tenemos la capacidad de “producir en masa” resultados similares a los que pueden ofrecer los programadores mediante el perfeccionamiento de los empleados con sistemas de bajo código y puntos de vista analíticos para tener éxito y prosperar en un entorno cada vez más “rico en datos”.
Los días en que la codificación era solamente para los programadores quedaron atrás. El desarrollo se ha vuelto tan accesible que cualquiera puede diseñar y crear un juego, una aplicación o un sitio web sin tener que escribir una sola línea de código.
Los avances tecnológicos permiten a las empresas aprovechar plataformas fáciles de usar y sin código que ayuden a mejorar las competencias de los trabajadores para que puedan desarrollar aplicaciones que respondan a preguntas y ofrezcan información a la velocidad necesaria para prosperar. Gartner predijo recientemente que, para 2024, el desarrollo de aplicaciones de bajo código será responsable de más del 65 por ciento de la actividad de desarrollo de aplicaciones. A medida que continúa la oportunidad de desarrollar aplicaciones fuera del silo del departamento de TI, los empleados que no son programadores y que entienden el problema del negocio, están cada vez más capacitados para ser los que ayudan a resolverlo mediante el desarrollo de aplicaciones de flujo de trabajo empresarial.
Los analistas de Forrester estiman que el 75 por ciento de todo el software empresarial se construirá con tecnología de bajo código en el 2021. Las plataformas sin código y fáciles de codificar también son fundamentales para que las organizaciones ofrezcan una gama más amplia y sofisticada de capacidades analíticas, lo que permite a los científicos de datos colaborar con las partes interesadas en un entorno fácil y sin código.
Con el avance de las plataformas sin código, las capacidades analíticas y de desarrollo pueden ponerse en manos de la empresa, que tiene el contexto de las preguntas que hay que resolver, las fuentes de datos necesarias para ofrecer información y, con la plataforma analítica adecuada, la capacidad de desarrollar aplicaciones que ofrezcan rapidez en la obtención de información. De este modo, se aumenta la productividad y eficiencia general.
Ahora sirviendo efectivamente como la columna vertebral para muchos proyectos de desarrollo empresarial, el movimiento “no code” es el equivalente tecnológico a la ballesta que sustituyó al arco en los ejércitos medievales. Mientras que el arco largo —un elemento básico de la pila tecnológica europea en el siglo XIII— requería años para aprender a utilizarlo, la ballesta podía ser recogida por un campesino sin formación y utilizada en cinco minutos con gran efecto.
Si bien la fuerza de trabajo digital moderna no necesita una ballesta para tener éxito, el proporcionar soluciones tecnológicas que ayuden a mejorar las habilidades de los trabajadores, puede, individual y colectivamente, ayudar a impulsar la transformación digital de la organización. Las empresas están construyendo efectivamente su propio grupo interno de desarrolladores dotados con las competencias de datos, las habilidades, el deseo, el conocimiento y la experiencia analítica para tener éxito y prosperar en un entorno cada vez más “rico en datos”.
Las mismas plataformas también están haciendo que tecnologías como el aprendizaje automático (ML) y la inteligencia artificial (AI) sean más accesibles y ágiles. Ahora, pueden implementarse rápidamente y suelen costar mucho menos que los sistemas a medida desarrollados por especialistas en codificación que pueden tardar mucho tiempo en evolucionar. Al utilizar interfaces fáciles de apuntar y hacer clic o menús desplegables, los usuarios pueden empezar a trabajar a un alto nivel desde el principio, sin necesidad de tener años de experiencia. Por lo general, a través de bibliotecas de bloques de construcción para diseñar e implementar sus sistemas individuales o departamentales, todo el mundo puede contribuir y colaborar en la misma plataforma, sin experiencia en codificación, utilizando simples pasos de arrastrar y soltar y entregar resultados en unas pocas horas.
Aunque los desarrolladores y los científicos de datos siempre van a estar muy solicitados, el objetivo general de estas iniciativas es hacer que la ciencia de datos y el desarrollo de aplicaciones sean más accesibles para los analistas de negocio y los expertos en la materia, quienes cada vez más necesitan colaborar con equipos más grandes que no suelen tener muchos conocimientos del sector. Estas plataformas permiten al usuario desarrollar su competencia técnica mediante el uso de interfaces fáciles de codificar o bien optar por la opción de arrastrar y soltar, que está totalmente libre de código y es la forma en que la mayoría de los usuarios se acercan a la informática.
La importancia de estas plataformas de autogestión, sin código o fáciles de codificar, es que permiten a las organizaciones mantenerse al día con la innovación del mundo del código abierto, al tiempo que expanden el alcance del desarrollo a equipos más amplios. Mientras la infraestructura tecnológica funcione de esta manera, siempre habrá necesidad de codificadores, programadores y arquitectos de sistemas para codificar y supervisar los miles de aplicaciones y algoritmos que ayudan a tomar las decisiones digitales para la empresa.
Mientras que el mantenimiento y el desarrollo más amplio del sistema es un trabajo para los expertos técnicos, el desarrollo de aplicaciones no tiene por qué ser el dominio de una élite. Con las plataformas de autogestión adecuadas, combinadas con una cultura en la que se anima a la gente a ser creativa y a pensar de forma crítica, el poder del desarrollo de aplicaciones empresariales ya no está restringido a unos pocos guardianes, sino que está al alcance de todos.