¿Por qué invertir con lente de género?
¿Qué precio estamos dispuestos a pagar por ignorar el potencial económico de la mitad de la población? El INEGI estima que el trabajo no remunerado, que recae mayoritariamente en las mujeres, tiene un valor económico para el país que asciende a 7.2 billones de pesos. Es decir, si el trabajo no remunerado fuera una industria, tendría una equivalencia a 24% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional, cifra por encima del valor de sectores económicos como la industria manufacturera (22%) o el comercio (22%). Para que más mujeres se incorporen al mercado laboral, hay que revertir la tendencia identificada por la Corporación Financiera Internacional (CFI), según la cual solo el 6% del total de los fondos de capital de riesgo y capital de inversión en América Latina son para empresas dirigidas por mujeres.
“Invertir con una perspectiva de género tiene el potencial de contribuir a la igualdad de género a la vez que fortalece la economía de la región, impulsa el liderazgo de las mujeres y se crea oportunidades inclusivas y sostenibles para todas y todos”, aseguró Mónica Duconig, representante país de Pro Mujer, una organización que trabaja brindando servicios de inclusión financiera, capacitación y salud a mujeres de bajos recursos en México y el resto de América Latina.
A nivel empresarial, las organizaciones que gestionan la diversidad e inclusión consiguen en sus equipos mejoras en el rendimiento de más de un 17% e ideas más creativas e innovadoras en un 20% de acuerdo con un informe de la consultora Deloitte. Sin embargo, estos beneficios no terminan de evidenciarse en todos los ámbitos ya que todavía queda pendiente que más mujeres se incorporen al mercado laboral. En México solo el 45% de las mujeres en edad productiva trabajan, en comparación con el promedio de 78% de los hombres mexicanos (Gobierno de México).
¿Qué es la inversión con lente de género?
Para que la igualdad entre hombres y mujeres sea una realidad palpable en el corto plazo, es necesario fomentar la perspectiva de género en las inversiones.
Conceptualizada por primera vez en 2009 bajo las plumas de Jackie VandenBurg y Joy Anderson, la Inversión con Lente de Género, o la Gender Lens Investment (GLI) en su versión original, se refiere a la inversión estructurada a partir de cuatro lentes o perspectivas: en empresas dirigidas por mujeres, en organizaciones que promueven la diversidad de género en sus estructuras y organigramas; en empresas que ofrecen productos o servicios intencionalmente diseñados para satisfacer las necesidades específicas de mujeres y niñas, y a la inversión en entidades pertenecientes a sectores con una participación laboral mayormente femenina.
América Latina. Es un espacio de aprendizaje, de intercambio de ideas, networking y de co-creación de soluciones concretas que reúne a liderazgos del mundo inversor, emprendedor, académico y corporativo, y personas influyentes de organizaciones de la sociedad civil y de instituciones multilaterales, para que conecten como ecosistema, y generen sinergias y conversaciones poderosas en torno a la Inversión con Enfoque de Género en América Latina.
Este año, bajo la consigna “GLI en conexión”, el foro tendrá lugar en la ciudad de Buenos Aires del 4 al 6 de junio en la Usina del Arte.